Tras la difusión del audio con Oscar Parrilli, la ex primer mandataria decidió convocar al núcleo duro del kirchnerismo en Río Gallegos.
La conversación entre Cristina Kirchner y Oscar Parrilli que se filtró en la que hablan de “armar causas” judiciales contra Antonio Stiuso parece ser el tema que predomina por estas horas en el kirchnerismo. La ex presidente ya anunció que realizó una denuncia por “espionaje y persecución política” y ahora convocó a varios ex funcionarios de su gobierno a su casa en Santa Cruz para llevar a cabo una “reunión política” y discutir lo sucedido.
Según confirmaron protagonistas del cónclave, estuvieron presentes Mariano Recalde, ex titular de Aerolíneas Argentinas, Juan Cabandié, diputado nacional, Víctor Santa María, presidente del PJ porteño, Daniel Filmus, ex ministro de Defensa, Gabriela Cerruti, ex legisladora porteña, Eduardo Valdes, ex embajador en el Vaticano, Carlos “Chino” Zannini, y Victoria Montenegro, militante de La Cámpora. Estaba invitado Carlos Tomada, pero no pudo asistir debido a que fue internado.
El encuentro -sin celulares por orden de la anfitriona- sirvió además de puntapié para analizar estrategias políticas en un año sensible para la política argentina, durante el cual se renovará la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado. Además, las provincias tendrán elecciones locales.
Las elecciones de este año serán clave para demostrar si el Frente para la Victoria se afianza como una alternativa de poder para el 2019 o continúa inmerso en la dispersión que se inició a partir de diciembre de 2015, cuando Cristina Kirchner dejó la Casa Rosada.
La ex jefa de Estado debe decidir si finalmente se anotará en la carrera electoral. Tiene dos alternativas: pelear por una banca en representación de Buenos Aires, su provincia natal, o anotarse en la pelea por un escaño en la Cámara baja por Santa Cruz, distrito en el que reside. Ambas jurisdicciones irán a las urnas para elegir diputados y senadores. Cristina Kirchner conoce ambos recintos. La ex mandataria fue diputada nacional entre 1997 y 2001, y senadora entre 2001 y 2007.
La definición de la ex presidente, que mantiene una intención de voto interesante pese a las denuncias que enfrenta en la Justicia federal, será clave para que el peronismo -hoy atomizado- determine una estrategia. Es que no son pocos los dirigentes que apuntan a la unidad pero creen que la ex mandataria debe quedarse al margen de la contienda.
Recientemente, en una entrevista, Juan Manuel Abal Medina aseguró que no sirven las divisiones y lanzó: “Elisa Carrió decía barbaridades de Mauricio Macri y se juntaron, nosotros tenemos que ir por ese lado”.