Letras de Fuego / Noticias. La presentación del libro “Cuentos de la frágil humanidad” , de María Cristina Guerrero, fue soñada, porque todos los planetas se alinearon para que la autora coseche los aplausos de un público conmovido por la calidad y compromiso de las narraciones.
Una presentación exitosa
El Salón Amenábar, del Colegio Médico de Tucumán, estaba colmado de seres expectantes. No era para menos, la presentación del primer libro de la escritora tucumana María Cristina Guerrero así lo ameritaba. Y fue todo un éxito.
La autora ya había elegido tres presentadores, Gustavo Díaz Arias, uno de los coordinadores del Taller Repentista; Miguel Ángel Figueroa, referente del Espacio de Epicuro; y Manuel Ernesto Rivas, director de Letras de Fuego Ediciones.
El encargado de iniciar la presentación fue el editor, quien se mostró orgulloso y halagado por la elección de su editorial, además de resaltar los vínculos de amistad con los compañeros de mesa y con la autora en especial.

Luego se dio paso a Díaz Arias, quien se refirió al crecimiento literario e hizo un análisis de los cuentos que conforman el libro y de los cuales destacó la sensibilidad y el talento puestos al servicio de la literatura.
Otro tanto hizo Figueroa, quien tiene el placer de contar con la escritora en el taller de lectura y escritura que dirige y que, de alguna manera fue testigo del nacimiento de estos textos que son una caricia al alma en este mundo caótico.
La empatía como una clave de humanidad
María Cristina Guerrero, visiblemente emocionada, agradeció todas las expresiones formuladas por sus presentadores y se refirió a varios aspectos de la creación del libro, entre ellos cómo se definió el nombre.
En cuanto a la fragilidad de la humanidad, señaló que hace falta empatía para fortalecerla y que las historias que creó, con elementos reales y ficcionales combinados, nos generan esa identificación con aquellos que sufren.
Los aplausos fueron una constante entre el público, que estaba ávido de conocer cada vez más. Uno de los puntos de mayor emoción, lo representó la narradora oral Alejandra Jiménez, quien interpretó el cuento “Niño perdido”.
El silencio con el que la audiencia siguió el relato de Jiménez fue una prueba de la maestría con la que fue realizado. Los segundos posteriores a la última palabra se alargaron como los relojes de Dalí hasta la sonora aprobación de los asistentes.

Todo estaba listo para que el arte siguiera dominando la escena. Se dio paso como cierre de la presentación al canto, que estuvo bajo la responsabilidad de Cristina Bozñak, hija de la autora, quien interpretó dos emotivas canciones.

Luego vino la firma de ejemplares y las fotos con los amigos, parientes y asistentes. Fue una noche soñada en la que la humanidad, por un momento, dejó de ser frágil y se convirtió en fuerte empatía con el otro.
Para quienes no pudieron concurrir, compartimos en la presente nota los videos que se encuentran subidos al Canal de YouTube de Diario Cuarto Poder, al que se pueden suscribir de manera gratuita.