Los empresarios del llamado círculo rojo tiene una certeza: el consenso de los candidatos que están en condiciones de gobernar desde diciembre próximo es la aplicación de un plan de estabilización que incluirá, sin opciones, una devaluación brusca.
El establishment, sin embargo, contemplará un esquema de emergencia durante el año electoral, sin necesidad de un salto abrupto del dólar, pero ya le puso número al atraso cambiario, con un piso de actualización de $ 350, lo que implicaría un salto base del 30%.
Juran que no habrá presiones para apresurar la corrección y que le darán aire al ministro y precandidato oficialista, Sergio Massa, para que llegue al final de la gestión ministerial para no ser los responsables de una derrota en las urnas, ante un fuerte impacto en la inflación.
“La devaluación es inevitable. Hasta Gerardo Martínez admitió que el país necesita de un plan de estabilización y, en ese punto, tanto Massa como (Patricia) Bullrich y (Horacio) Rodríguez Larreta saben que un nuevo gobierno deberá ordenar la macroeconomía sincerando el precio real del dólar, que hoy es un equilibrio entre el oficial y los financieros”, admitió uno de los conductores de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), que recibió al jefe del Palacio de Hacienda, al titular de la UOCRA y a gran parte del Grupo de los Seis.
Los empresarios definieron, de antemano, su predilección por dirigentes pro mercado.
La platea constructora aplaudió cuando Weiss anunció la presencia de Massa en el escenario como ministro y precandidato a presidente por Unión por la Patria.
Sucede que la presencia del jefe del Palacio de Hacienda en el cónclave estaba pactada antes de que se conociera la oficialización de las candidaturas, aunque el calendario marcaba que había altas posibilidades de que se diera el actual escenario.
“Varios de los presentes lo va a votar”, se sinceró uno de los integrantes de la Comisión Directiva de Camarco.
El sueño independentista de Massa y la arenga de la UOCRA
En el círculo rojo confían en que Massa tome medidas autónomas, si llega a la Casa Rosada el 10 de diciembre próximo y que pueda desligarse de los condicionamientos del kirchnerismo. El jefe del Palacio de Hacienda devolvió el reclamo y pidió el respaldo de la platea empresaria para “sacarse de encima el peso del Fondo Monetario Internacional”.
“Hay que juntar todos los dólares para sacarlo del país”, aseguró Massa, como principal desafío para el próximo gobierno.
Para eso, pidió que se sumen al blanqueo de capitales, a través de un proyecto que se debate en el Congreso.
Según el precandidato de UP, el staff de del Fondo intentó limitar el desarrollo de obras públicas durante el primer trimestre del año para poder cumplir con el recorte fiscal.
Incluso, aseguró que la obra del Gasoducto Néstor Kirchner estuvo fuertemente condicionada por las presiones del FMI para afrontar con los plazos acordados en el repago de la deuda externa.
El objetivo fue contraponer el discurso del establishment, que pide recorte de los gastos, con el del empresariado constructor, que depende de la inversión pública.
Martínez, jefe de la UOCRA, aprovechó el cónclave empresario para hacer una arenga electoral.
Comparó el empleo registrado durante la gestión Cambiemos, de Mauricio Macri, de 250.000, contra los 460.000 que existen en la actualidad.
A pesar de que aseguraron que el número actual estaba “inflado”, el gremialista se ganó el aplauso de la platea.
“Creo que el aplauso lo empezaron las personas que acompañaban a Gerardo”, aclaró el dueño de una empresa constructora, aunque esa misma fuente admitió que existe una ruptura entre aquellos que esperan una “estabilidad” macroeconómica y los que quieren evitar el impacto de la devaluación anunciada.
Alivio para la construcción
Massa les llevó música a los oídos de los constructores. Antes de su paso por la Convención Anual de Camarco, el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, les adelantó a los empresarios que saldrá a la luz un decreto para achicar los efectos de la inflación en los costos presupuestados de las obras públicas. En la actualidad, la redeterminación de precios llega tarde y con un bajo reconocimiento de los aumentos de los precios.
“El planteo de la vicepresidenta (Cristina Kirchner) sobre las ganancias de las empresas y su efecto en la inflación no es real en la Argentina. Ese argumento de (Kristalina) Georgieva se aplica en países en donde la inflación es del 8% o 10%, no acá que es del 140% anual”, se quejó Weiss.
El ministro mantendrá alta la intensidad de su agenda de gestión, que ya genera críticas en la oposición, que ve ante cada intervención de Massa un acto de su campaña presidencial.
Esta mañana tendrá a su gabinete entero en el salón Eva Perón del Palacio de Hacienda y la agenda FMI será central. Quiere tener un anuncio cerrado antes del cierre del mes, para evitar que se desmorone el veranito cambiario que generó su poder político en el gobierno, luego del anuncio de su precandidatura. Por eso, habrá difusión de datos económicos que busquen sostener el perfil de productividad de su plan, atado a una mejora de los datos alarmantes de la inflación. La apuesta es recortarle unas décimas al 7,8% de mayo.
Por la tarde, estará con el presidente del Banco de Desarrollo para América Latina (CAF), Sergio Díaz Granado; luego con el jefe de la AFIP, Carlos Castagneto y el titular de la Aduana, Guillermo Michel; y más tarde con el gobernador pampeano Sergio Zillotto.
Cerrará la jornada de actividad pública con el gobernador de Entre Ríos, Gustavo Bordet, con anuncios de inversión en la provincia mesopotámica, según la agenda a la que accedió este medio.
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