-¡¡¡Eduard querido!!! ¿Qué hace con ese cajón de abejas? ¿Se está por dedicar a la apicultura?
-No, mi estimado, sucede que muchos políticos que quieren mejorar su imagen se deberían hacer picar por las abejas…
-¿Cómo lo hizo Menem en su momento?
-¡¡¡No sea zopenco!!! A él no lo picaron las abejas, fue el pretexto para esconder una cirugía que se había hecho para estar más joven.
-Era coqueto el turco cuando estaba en la Presidencia argentina.
-Sipi.
-Pero, volviendo a la comarca, ¿usted cree que basta con un cambio de imagen?
-Pregúntele a Alperovich que cuando se tuvo que sacar su característico bigote lo hizo…
-En eso tiene razón, pero ¿qué se le puede hacer a Sarita para cambiarla un poco?
-Por lo pronto ya se hizo una lipo antes de viajar a Dubai con su madre.
-¿En serio?
-Sipi.
-¿Y con qué más nos podría sorprender?
-El resto del look no lo conozco aún. ¡No sea tan impaciente!
-Bueno, pero pasando a la oposición provincial, la vi medio “cachabacha” a Silvia Elías de Pérez en el programa de Nóblega…
-No sea tan malo, quizás no tuvo tiempo de ir a la peluquería para conservar su look de hada.
-¡Usted no sirve, Eduard! Por eso lo quiero…
-Bueno, afloje con ese tipo de declaraciones que pone en riesgo mi fama de macho…
-Bueh, tampoco es la pavada. Déjeme preguntarle algo, Eduard.
-Sipi.
-¿Sarita será la candidata?
-Más que nunca.
-¿Por la renovación de su look?
-No, porque quienes aparecen como contrarios a su postulación responden a José.
-¡Eso no tiene sentido!
-Lo tendrá cuando terminen aclamando a la candidata como la mejor del PJ.
-Eso no es coherente…
-Tampoco es coherente que yo invite el café.
-¿Acaso hoy la historia de las invitaciones en el bar puede cambiar?
-¡De ninguna manera!
-¡¡¡Ya me jodió de nuevo!!!