—¡¡¡Eduard querido…!!! ¿Qué hace con esa pesada maza? ¿Acaso se está por dedicar al rubro demoliciones?
—Ya le dije que dejo el trabajo duro para los más aptos.
—Entonces… ¿por qué tiene esa maza?
—Solo para contarle que se le escaparon las bolas a Enrique.
—¿Cómo? ¿Se le rompió el pantalón?
—¡¡¡No sea zopenco!!! Me refería a que no rompió todas las bolas de cemento del Loco Monedita.
—¿En serio?
—Sipi.
—¿En dónde quedaron pelotas?
—Por ejemplo, en la Jujuy al 3000 hay bolas para hacer dulce.
—¿Y también me va a decir que vendrán los veedores del récord de Guinness?
—¿Por qué?
—Por las pelotas de cemento más caras del mundo.
—¿Usted tomó Avivol B12 esta mañana?
—Un poco de buen humor nos ayuda a pasar estos calores, Eduard.
—Sipi.
—¿Vio la encuesta sobre la imagen de los gobernadores?
—Sí, y no le fue nada mal a Osvaldo.
—Claro, está mejor posicionado que cuando Juan estaba en ese rol.
—Sipi, está entre los diez mejores.
—¿Habrá alguien que no esté contento?
—Tanto en la oposición como en el oficialismo seguro que hay descontentos.
—¿Usted cree?
—Sipi, pero también toman nota, mi estimado amigo.
—Ah, eso es ser inteligente en política.
—Claro, además que Osvaldo demostró que no le pesa el cargo Ejecutivo, al contrario.
—Mire, a mí me pesa el calor y es por eso que voy a pedir una birra bien helada.
—¡Que sean dos!
—¿Usted pagará una de ellas?
—No, y menos ahora que ya le rehabilitaron la cuenta en el bar.
—¡¡¡Ya me jodió de nuevo…!!!