De cascos de soldado, malas actuaciones políticas y una remake de Titanic con el Loco Monedita

—¡¡¡Eduard querido!!! ¿Qué hace con ese casco de soldado? ¿Acaso hablaremos de la guerra entre Rusia y Ucrania?

—No, mi amigo. Yo soy un hombre de paz.

—No lo dudo, pero en eso usted puede tener una información de primera mano con Putin.

—No, en realidad, este casco es para un político tucumano.

—¿No me diga que tiene que ver con la tapa de Rambito y Rambón?

—¿Qué come que adivina?

—Lo de siempre.

—¿Quiere saber para cuál de los dos es el casco?

—Como dice usted: sipi.

—Para el Loco Monedita, que sigue con la representación que armaron de antemano.

—Tiene razón, Eduard, son muy malos actores.

—Están para ganar la Frambuesa de Oro.

—¿Usted qué haría con los asesores?

—Los pondría en órbita con un sistema bastante simple que se usa en algunas disciplinas deportivas.

—Mejor no profundicemos, Eduard.

—Lo que pasa es que la gente no come vidrio, no compra buzones y no se cree lo del acercamiento entre ambos.

—Yo no le creo nada al Loco Monedita, y más porque escuché los audios de sus opiniones anteriores con respecto al conscripto Ricardito.

—Es un verdadero panqueque de la política.

—Eso no lo dudo.

—Además, Ricardito no entregará el invento que lo hace vivir desde hace décadas de la política.

—Y por portación de apellido.

—Claro. Eso lo puede hacer solo en Tucumán.

—Ambos son muy malos actores.

—Pero el Loco Monedita es rescatable.

—¿En serio?

—Sipi.

—¿Por qué?

—Porque tranquilamente podría filmar una nueva versión de la película “Titanic”.

—¿En serio? ¿Por qué dice eso? ¿Por que se parece mucho a Di Caprio?

—¡¡¡No sea zopenco!!! Ni se parecen. 

—¿Por qué entonces?

—Porque está dando manotazos de ahogado.

—¡Usted no sirve, Eduard!

—Se agradece el cumplido, pero ¿por qué no nos tomamos un par de birras?

—¿Por qué un par?

—Porque no me gustan los números impares como el uno.

—¿Y quién pagará?

—Nadie mejor que usted para eso.

—¡¡¡Ya me jodió de nuevo…!!!

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