-¡¡¡Eduard querido!!! ¿Qué hace rodeado de electrodomésticos y con talonarios de bingo? ¿Acaso se dedicará a la “timba”?
-Porqué no, mi estimado. A los políticos parece funcionarle la cosa…
-No me diga que está hablando del peronismo. Son mañas viejas que los caracterizan. No se sorprenda…
-Aunque no lo crea, no estoy hablando de los compañeros del Justicialismo.
-Ah, ¿No?
-Claro, estoy hablando de los chicos y no tan chicos que están en Cambiemos.
-¿¡Cómo!? ¿Están haciendo del clientelismo un verdadero culto?
-Sipi.
-No me diga.
-Si le digo. Y hasta mandan invitaciones y convocatorias por las redes sociales.
-¿A usted lo invitaron?
-Sipi.
-¿Cano o Alfaro?
-¡¡¡No sea zopenco!!! Estás chucherías las hacen referentes de cuarta.
-¿Quién lo invitó a usted?
-Un tal Monayer, que no lo conozco, la verdad…
-Ah, sí. El que tiene oficinas en la PFA, pero dice que pertenece al Plan Belgrano.
-¿Será que pertenece?
-¿Por qué dice eso?
-Porque se acabaron las becas en el Plan Belgrano. Tengo entendido que el único que sobrevivió fue José Ricardo Ascárate.
-¿Por qué sobrevivió?
-Tenía las mejores rodilleras….
-Ja, ja, ja, ¡usted no sirve, Eduard!
-Uno hace lo que puede…
-¿Qué pasó con los demás?
-Estos muchachos son como los gatos, siempre caen parados. Por ejemplo, uno de ellos fue becado como productor en Canal 10.
-¿Becado?
-Sipi.
-¿Y los demás?
-Le contaré en la próxima charla, siempre y cuando se invite un café con leche con medialunas.
-Está bien, pero me extraña que no me haya sacado ventajitas hoy.
-Tenemos toda la semana para eso, mi estimado. Aparte que la cuenta corriente ya está saladita…
-¡¡¡Ya me jodió de nuevo!!!