-¡¡¡Eduard querido!!! ¿Qué hace mirando con ese telescopio hacia el cielo? ¿No me diga que se va a dedicar a la Astronomía?
-No, mi estimado, estoy buscando una cometa…
-No me diga que está por divisar al cometa Halley…
-¡¡¡No sea zopenco!!! ¿No sabe que el Halley estaría por acá recién en el 2062 más o menos?
-Bueno, no se me lo sulfure, pero ¿no sería un cometa en vez de una cometa?
-En este caso estamos por hablar de una colaboración, para decirlo de manera prolija.
-¿Quién dio esa colaboración, Eduard?
-Unos empresarios coreanos que querían invertir en la región y, en especial en la provincia.
-¿A quién se la dieron?
-A un colaborador directo del equipo de José “Belgranito” Cano.
-¿En serio?
-Sipi.
-¿Y cómo lo sabe?
-La maniobra fue denunciada por los empresarios en Cancillería y el tema llegó a manos del jefe de Gabinete, Marcos Peña…
-¿Y qué hizo Peña?
-Lo eyectó al tucumano que había encabezado las negociaciones con los coreanos.
-¿Por qué?
-¿Le parece poco que los hayan morraleado a futuros inversores y además crear un potencial problema diplomático?
-Ah, en eso tiene razón. ¿Y Cano no dijo nada?
-Nada, porque no le convenía. Si salía a defender a su jugador quedaba pegado con la cola del cometa, que dicen que es incandescente…
-¡¡¡Usted no sirve, Eduard!!! Por eso lo quiero…
-Bueno, bueno, menos muestras de afecto que los muchachos hablan macanas después…
-¿En dónde se cerró la salida de este muchacho?
-En la oficina de Peña en Buenos Aires, en un edificio del piso 14º de la Diagonal Sur.
-Debe estar de cama, Cano…
-Como dicen ustedes los tucumanos: -vo vé…
-Disculpe, Eduard… ¿Y esa peluca, zapatos de taco alto y maquillaje?
-Ah, son elementos que usaré en el próximo chisme político.
-¿Me puede adelantar algo?
-Con una cervecita fría, papas y maníes de por medio. Paga usted, mi estimado…
-¡¡¡Ya me jodió de nuevo!!!