De desnudeces, gritos y aumentos que desconciertan

-¡¡¡Eduard querido!!! ¿Qué hace desnudo? ¿Acaso se volvió loco como José López?
-No, mi estimado, no estoy en bolas, simplemente estoy enfundado en este enterito de lycra pegado al cuerpo y color piel…
-¿Por qué me hace asustar de esa manera, amigo? Pensé que había enloquecido. Sólo le faltaba llamar a los gritos a José.
-Más de uno anda julepiao con esos gritos de López.
-¿En serio?
-Sipi.
-¿Por qué?
-Porque tienen miedo que comience a gritar otros nombres, además del de José…
-¿Y eso es posible?
-Sipi, recuerde que los locos o los que se hacen pasar por dementes, son impredecibles.
-En eso tiene razón. ¿Y esa guitarra que tiene ahí?
-La traje para recordar que a López le gusta el canto, mi estimado amigo.
-¿Y eso qué tiene que ver?
-Que si empieza a cantar, más de uno andará tirando bolsos con plata por las tapias.
-¿Acá en Tucumán?
-Sipi.
-Avise en dónde los tiran así me pongo del otro lado.
-Mire, usted tiene tanta suerte que cuando llueva sopa va a estar con un tenedor en la mano.
-En eso tiene razón, Eduard. Mejor tomemos un cafecito antes de que aumente.
-A propósito de aumentos tengo uno para usted…
-No me tire pálidas que ya estoy con el tanque lleno de subas de tarifas y precios.
-Pero esta se la tiro para que le avise a sus novias docentes que trabajan para el Estado.
-No me diga que aumentan el Incentivo Docente.
-No, lo que van a aumentar son los descuentos por el Subsidio de Salud.
-¿En serio?
-Sipi.
-Esa es una mala noticia…
-Seguramente, mi estimado. ¿Quiere saber en qué porcentaje aumentará?
-Dígamelo después que tome el café…
-Ok.
-No, mejor dígamelo ahora, que no puedo con mi ansiedad crónica.
-Cien por ciento. Hey amigo, qué le pasa… ¡Un médico por acá…!

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