-¡¡¡Eduard querido!!! ¿Qué hace desenredando esa madeja de lana? ¿Acaso se está por dedicar al tejido artesanal?
-No mi amigo. Muchos lectores me hicieron saber que quedaron muy mareados con el diálogo de la semana pasada.
-A decir verdad, yo también…
-¿Por qué no me lo dijo?
-Porque no quería que se enojara conmigo.
-Pero, si yo soy una dulzura de persona.
-Discúlpeme pero cuando se sulfura es mejor estar a varios kilómetros de distancia.
-Bueno, no exagere.
-¿Quiere decir que retomará la explicación y además revelará la tercera hipótesis?
-Sipi.
-¿Quién quiere perjudicar al mejor posicionado para el Sillón de Lucas Córdoba?
-Podría ser José…
-¿Cómo lo supone?
-Me lo vendió un amigo.
-Bueno, podría ser… ¿Quién es el otro de la segunda hipótesis?
-¿Quién otro? El nuevo Loco Monedita…
-¿Usted cree?
-Se quiere peinar para la foto y hay muchos que también quieren aparecer, pero sólo pueden figurar dos para 2023.
-¿Y la tercera hipótesis a quién apunta?
-Apunta al “fuego amigo”
-¿Fuego amigo? No entiendo.
-¿Quiere que le explique?
-Dele.
-Se dice así cuando en una guerra, soldados del mismo bando, por equivocación, hieren a uno de los suyos.
-¿Puede pasar eso en la política comarcana?
-Pregúntele a Mario Leito cómo perdió en las últimas elecciones a intendente capitalino.
-¿En serio?
-Sipi.
-¿Y lo hirieron por equivocación?
-¡¡¡No sea zopenco!!! En política no hay ninguna equivocación. En esa oportunidad, los del mismo bando le aportaron los votos a Germán.
-¿Y esta cuenta que me acaba de entregar el mozo? Esto debe ser una equivocación.
-No amigo, en la política, como en las cuentas suyas del bar, no hay equivocaciones.
-¡¡¡Ya me jodió de nuevo…!!!