-¡¡¡Eduard querido!!! ¿Qué hace con todos esos espejos retrovisores sobre la mesa del bar? ¿No se decide cuál le colocará a su “topolino”?
-No, mi estimado, estos espejitos tienen que ver con el chismecito que le estoy por contar…
-No me vaya a querer vender espejitos de colores, que ya sabemos lo que pasó entre españoles y aborígenes cuando llegó Colón.
-No se haga el revisionista histórico y vamos por parte, como dijo Jack “el destripador”.
-Esta bien, cuente, que ya estoy ansioso.
-Estos espejos retrovisores son la clara señal de lo que está haciendo Cambiemos para el Bicentenario.
-¿Qué está haciendo?
-Mirando por el espejo retrovisor.
-¿Y qué ven los muchachos y chicas de Cambiemos en el espejo retrovisor?
-Lo ven a Ricardo Bussi.
-¿En serio?
-Sipi.
-¿Y eso es peligroso para ellos?
-Como decía mi abuela: mala tos le siento al gato.
-¿Usted se refiere a las pintadas de Cano Gato por toda la provincia?
-¡¡¡No sea zopenco!!! Me refiero a que si están mirando por el retrovisor al tercero, que es Bussi, ya perdieron de vista al primero, que es Jaldo…
-Huyyyy, no lo había visto de esa manera. Es por eso que vengo al bar a desburrarme un poco de la política comarcana con usted…
-Se ve que muchos logros como maestro no tengo, por el momento.
-Téngame paciencia y me sacará bueno.
-Mire que yo no soy Sarmiento.
-Sarmiento, maestro niño de San Francisco del Monte. Tu primer paso en la vida fue una escuelita de adobe…
-Bueno, ahora resulta que es poeta…
-Soy un poeta de larga trayectoria en la provincia y sus alrededores.
-Es bueno saberlo, pero ese fragmento no es suyo. ¿Podría recitarme algo propio?
-Como dice usted: sipi.
-¿Y podríamos tomar un cafecito con medialunas, jamón y queso?
-Teniendo en cuenta su interés por la cultura, yo invitaré, Eduard querido.
-Le sumemos un jugo y una ensalada de frutas…
-¡¡¡Ya me jodió de nuevo!!!