De fuego amigo en Desunidos por el Cargo y la culpa siempre la tienen otros

—¡¡¡Eduard querido!!! ¿Qué hace sin hacer nada hoy en el bar? ¿Acaso no piensa laburar?

—No, que trabajen los más aptos. Yo prefiero analizar la política comarcana.

—¿Y eso no es un laburo?

—No, mi estimado, eso es un verdadero sacerdocio.

—Tampoco exagere, Eduard.

—Piénselo, usted sería uno de mis monaguillos…

—Mejor paso, Eduard. Y deje de dar más vueltas que perro pa´ echarse y dígame cuándo habrá fórmula en Juntos por el Cambio.

—Desunidos por el Cargo se viene deshilachando como bandera en El Infiernillo.

—¿No hay acuerdo?

—Hasta el momento parece imposible y encima se tiran impugnaciones los unos a los otros en la Junta Electoral.

—¿A eso no se le llama fuego amigo?

—Sipi.

—¿Y a qué hospital mandarán a sus propios heridos?

—Al paso que vamos creo que al Viejo Hospital de los Muñecos.

—¡¡¡Usted no sirve, Eduard!!!

—Se agradece el cumplido.

—Pero dígame, mi querido amigo, ¿tan difícil es definir el binomio que peleará por la Gobernación?

—Cuando no se dejan de lado las ambiciones personales es más difícil que entrar al laberinto del Minotauro sin hilo.

—¡Qué ocurrencia, Eduard! Hoy está muy borgeano.

—También podría haber dicho que estoy hecho un Gabo.

—Posiblemente…

—Ahora usted contésteme algo…

—Como dice usted: sipi.

—¿No se aburre de preguntar siempre cómo van las cosas en Desunidos por el Cargo?

—Es que la ansiedad me juega en contra porque en el oficialismo hace rato que tienen definido el binomio y todo está bien aceitado.

—Claro, y encima en Juntos por el Cambio además de estar lejísimo de la unidad, le echan la culpa de sus males a otros.

—En eso tiene razón y en despertar a algunos problemas de repente.

—¡Hoy está por demás despierto! Explíqueme eso del despertar.

—Lo escuché al Loco Monedita quejarse del presupuesto legislativo, pero en estos ocho años sus legisladores no abrieron la boca al respecto.

—Usted está más bravo que yo, pero la viga en el ojo no lo deja ver el bosque acá en el bar.

—¿Por qué?

—Porque limitó su presupuesto en la cuenta mensual del bar.

—Y bueh…

—Pero no se preocupe que le amplié el margen para pedir una picada completa con dos estelas.

—¡¡¡Ya me jodió de nuevo…!!!

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