-¡¡¡Eduard querido!!! ¿Qué hace rodeado de muletas y sillas de rueda? ¿Acaso se dedicará a la entrega de esos elementos a gente que los necesita?
-No, mi estimado amigo. Sólo tengo que clarificar algo relacionado con las prótesis…
-¿Con las prótesis?
-Sipi.
-Pero, acá no veo ninguna prótesis, Eduard.
-Justamente, lo que quiero señalar es que a algunos no les conviene que haya fabricantes de prótesis baratas.
-Seguramente a las grandes empresas que se encargan de la producción masiva…
-No estoy hablando de las grandes empresas nacionales e internacionales, estoy hablando de un pequeño y mezquino interés local.
-¿En serio?
-Sipi.
-Pero, ¿no vio el ejemplo que dio un ingeniero de la Tecnológica que le hizo las prótesis a un chico sin piernas de Laferrere?
-Es por ello que preparé esta ambientación en el bar. Porque todo el mundo le propone ayudarlo para que esos gestos de solidaridad se multipliquen…
-Eso es una buena noticia.
-¿Usted cree que será así?
-¿Por qué no creer?
-Porque si usted es trabajador del Estado y va a pedir una prótesis a través del Subsidio de Salud, lo derivan a dos negocios…
-¿Sólo a dos? Seguro que son parientes de algún funcionario.
-No, los parientes del poder están en otro lado.
-¿En qué lado?
-En el que tiene una impresora 3D para hacer las prótesis que se necesitan.
-¿Y eso qué tiene de malo?
-El costo, mi estimado. Mientras que las prótesis que hizo este solidario ingeniero, con la ayuda de los estudiantes de Biomedicina, sale apenas 500 pesos, otros cobran 50 mil pesos por ellas.
-Es una diferencia abismal. Le digo que 500 pesos no son nada…
-Y menos un cafecito, así que páguese un café con leche con medialunas saladas…
-¡¡¡Ya me jodió de nuevo!!!
-Está en mi naturaleza, como en la de los parientes del poder que son insaciables.
-Entiendo, como usted con los cafecitos…