-¡¡¡Eduard querido!!! ¿Qué hace apagando ese celular con un matafuego? ¿Acaso se le incendió el aparato?
-No, amigo, esta es la pista que le doy para el chismecito que tengo para contarle.
-¿Tiene que ver con el aumento de las tarifas en el servicio de telefonía móvil?
-No, pero usted siempre tratando de hablar en difícil ¿no puede decir celulares?
-Lo que pasa es que me estoy sofisticando un poco para atraer a las chicas de la docencia.
-Dime de qué te alabas y te diré de qué careces… pero dejemos de darle vueltas al asunto, mi estimado.
-Como dice usted: sipi. Vayamos al grano. ¿Por qué estaba prendido fuego el celular?
-Porque ese celular representa al de una autoridad del PJ tucumano…
-¿Qué autoridad? ¿Un pescado grande?
-Más bien diría “pescada” grande…
-¿La Bety?
-¡¡¡Bravo!!! ¿Hoy tomó avivol, mi estimado?
-No se haga el bobina Eduard, y cuente.
-No me interrumpa y seguiré. En el momento en que se reunieron las autoridades del PJ por el caso López hubo una llamada al celular de Bety.
-¿Quién era?
-Era José.
-¿Quería sugerir algo?
-No, quería dar una orden.
-¿Qué orden?
-Algo así como que lo echaran al “caballo” a López…
-¿Al caballo?
-Sipi.
-¿Y por qué pidió eso?
-Porque estaban por hacer un comunicado ligth en vez de suspenderlo.
-¿Y ahí lo suspendieron?
-Sipi, pero previamente ella puso el altavoz para que los muchachos no tuvieran dudas.
-¿Y no dudaron?
-Como dicen ustedes los tucumanos: vo vé…
-¿O sea que José maneja el PJ, Eduard?
-Usted lo dijo.
-¿Quiere que le invite un café?
-Me ganó de mano.
-¿Usted estaba por invitar?
-No, le estaba por pedir que me pagara uno.
-Bueno, pero aún no entiendo lo de caballo.
-Será porque usé un sinónimo, mi estimado…
-¿Qué sinónimo?
-Se lo digo cantando: “y si algún pingo llega a ser fija el domingo, yo me juego entero, qué le voy a hacer…
-Ah, ya caí.