-¡¡¡Eduard querido!!! ¿Qué hace disfrazado de policía? ¿Acaso se quiere sumar a la fuerza?
-No, mi estimado, estoy por contarle un chismecito sobre las policías municipales.
-Pero, está mal escrita la palabra en su gorra, dice: “Polecía”…
-Sipi, lo que pasa es que le pedí prestada la pilcha al “Oficial Gordillo”.
-¿Lo conoce?
-Sipi, me lo presentaron en el último “Atahualpa”, en donde le dieron el “Atahualpa de Oro”.
-¡Muy bien! ¿Me conseguirá entradas para su próxima presentación?
-A mi no me manguee, mejor pídaselas a él, que viene en unos minutos por acá.
-Dele, ahora cuente el chismecito.
-Hay una comuna en la que la gente está preocupada por la posible creación de la policía comunal
-¿Por qué?
-Porque corre el rumor que “gente pesada” que responde a un ex delegado, ingresaría.
-¿Son gorditos?
-¡¡¡No sea zopenco!!! Malvivientes, delincuentes, patoteros…
-Bueno, ya está de sinónimos. Entendí, Eduard. Pero ¿cómo pueden ingresar a la policía comunal?
-Porque es como “una bolsa de trabajo” para la política.
-¿De dónde sacaron la idea?
-De lo que hizo Alperovich con la policía, pero los resultados de la inseguridad están a la vista.
-¿A qué comuna se refiere?
-Se trata de una población que tiene el nombre compuesto por dos animales.
-¿Dos animales?
-Sipi.
-Deme algunas pistas.
-Uno es del mar y hace piruetas.
-¿El delfín?
-Sipi. El otro es el que canta a la mañana para tratar, sin éxito, de despertarlo a usted.
-¿El gallo?
-Sipi.
-¡Delfín Gallo!
-Usted lo dijo.
-¿Y el ex delegado comunal era un tipo investigado por crímenes de lesa humanidad?
-Así es amigo, un alperovichista de la primera hora… Ahora páguese el cafecito.
-¡¡¡Ya me jodió!!!