De primicias sobre escándalos sexuales y la soledad del poder perdido de Alperovich

-¡¡¡Eduard querido!!! ¿Qué hace con todos esos celulares a la vuelta? ¿Acaso se quiere parecer a Tato Bores pero un poco más modernizado?
-Jamás. Tato Bores hubo uno sólo y no soy digno de una comparación de ese calibre. Sí me podría comparar favorablemente con muchos periodistas mi estimado…
-¡Qué soberbia, Eduard! ¿Usted no sabe lo que es la humildad?
-Sipi pero, en rigor de verdad, debo decirle que ningún periodista, de acá o a nivel nacional, me ata los zapatos.
-¿Por qué dice eso?
-Porque sólo uso mocasines…
-Ta pasao de bobina, Don Eduardo.
-Ja, ja, ja, no se me lo enoje, sólo me quería divertir a costa suya.
-Está bien, no me enojo porque su ocurrencia me causó gracia, pero dígame la razón de estar rodeado de tantos aparatos de telefonía móvil.
-Me están llamando de distintos puntos del país para hacerme notas porque fuí el primero en hablar del escándalo que hoy sacude a Alperovich.
-¿En serio?
-Sipi, fue el 2 de octubre precisamente.
-Pero, usted me lo contó a mi acá en el bar.
-¿Y?
-Yo también quiero ser parte de ese logro.
-Usted es el que escucha. Yo soy el que cuento los chismes, mi estimado.
-Ahora sí que me está haciendo calentar, Eduard…
-Tranquilo, le prometo que lo mencionaré en las entrevistas que me hagan de ahora en más.
-Gracias, pero ahora que recuerdo, usted tiró la primicia y después se mandó a guardar.
-Soldado que huye sirve para otra batalla.
-No se haga el zonzo. Alguna razón debió tener.
-Mire, sólo me dieron bola Luciani, Miguel Coronel y Pepe Pasillo. El resto me dejó más solo que Kung Fu.
-¿Y Kung Fu está solo?
-Igual de solo que Alperovich, que hasta los kirchneristas le pidieron que dé un paso al costado.
-Pero, Cristina aún no dijo nada.
-¿Usted cree que los kirchneristas se mandan solos, mi amigo?
-La verdad que no….
-Sólo yo me mando solo cuando consumo en el bar a nombre suyo.
-¡¡¡Ya me jodió de nuevo!!!

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