De relojes que no funcionan bien para marcar los tiempos electorales en Tucumán

—¡¡¡Eduard querido!!! ¿Qué hace dándole cuerda a ese reloj de bolsillo? ¿Acaso ahora se dedica a coleccionar antigüedades?
—No, mi estimado, pasa que por ratos se para y por ratos funciona…
—¿Y eso tiene algo que ver con el mundillo político comarcano?
—¿Y de qué otra materia que no sea la política hablamos aquí en el bar?
—Tiene razón, pero tendrá que explicarme bien, porque ando medio lento.
—O sea que estamos normal…
—No se haga el bobina, que después tenemos que hablar de la cuenta del bar.
—Bueno, mire, hay algunos políticos que no saben interpretar los tiempos electorales.
—¿Por qué dice eso?
—Porque escuché a la esposa del Loco Monedita decir que no son tiempos de hablar de candidaturas.
—¿Y eso?
—Sorpresivamente le mandaron desde el oficialismo la notificación…
—¿Qué notificación?
—Que Rossana Chahla será la candidata a la Intendencia de San Miguel de Tucumán.
—¡La pegó, Eduard!
—¿Por qué dice eso?
—Porque hace meses usted dijo que era del gusto de Juan y de Osvaldo para pelear la Capital.
—Sipi.
—¿Y ahora qué pasará?
—El Loco Monedita tendrá que dejar de ponerle la zanahoria a los suyos y blanquear.
—¿Blanquear qué?
—Que mandará de candidata a su mujer, aunque no le mueve el amperímetro a nadie.
—¿O sea que usted cree que Juntos por el Cambio perderá la Capital?
—Estoy seguro en un 99.9%
—Deje de hacerle el “lisoform” y explique las razones.
—La doctora tiene buena imagen, incluso en la interna oficialista fue una lady, y puede andar muy bien.
—Pero, ¿no puede haber fuego amigo de los desencantados?
—Mire, en el justicialismo los que se peinan para la foto y no salen en el afiche, se alinean.
—En eso tiene razón.
—Ya verá que en la conformación del Gabinete Municipal tendrán la compensación a su esfuerzo.
—¡Usted está en todas, Eduard!
—Se agradece el cumplido.
—Bueno y ahora…
—Antes de que hable de la cuenta del bar, tengo que notificarle que pagué el 50% de la deuda para ayudarlo en estos tiempos inflacionarios.
—¡Muchas gracias, Eduard!
—Y para celebrar esta alegría pedí dos champús y una pizza a su cuenta.
—¡¡¡Ya me jodió de nuevo…!!!

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