-¡¡¡Eduard querido!!! ¿Qué hace disfrazado de soldado y jugando al ajedrez? ¿Acaso se está por dedicar a la estrategia militar?
-No, mi estimado. Estoy por contarle que la división en Cambiemos que conté la semana pasada se profundiza con acciones concretas.
-¿Qué acciones?
-Hay acercamientos entre referentes que pueden minar las aspiraciones de Camperito de sumar a Ricardito.
-¿Qué referentes?
-El coreano y la hadita buena están tratando de neutralizar esa iniciativa porque vislumbran la fractura en el radicalismo.
-¿Cómo? ¿Van a necesitar un traumatólogo?
-¡¡¡No sea zopenco!!! Me refiero a la fractura política dentro del espacio macrista en Tucumán.
-¡Ojo, ya no es tan macrista! También están Bullrich y Rodríguez Larreta…
-¿Usted cree que escribiendo libros se ganan elecciones?
-No sé.
-Menem leía los inexistentes libros de Sócrates y fue presidente dos veces.
-¡Usted es tremendo, Eduard!
-Gracias por los halagos, pero sigamos con el chismecito.
-Está bien, pero ¿no era que todos quieren ser reyes?
-Aún sí, pero también tienen que mover las fichas como en un complejo juego de ajedrez.
-En eso tiene razón…
-Como siempre.
-¿De qué juega Ricardito?
-Salió con un spot publicitario en el que aparece solo, con una barba de náufrago instando a los tucumanos a salir.
-¿Querrá salir a bailar?
-No sé, pero a Camperito y su encuesta amigable eso le cayó como un balde de agua fría.
-Es verdad. ¿Usted cree que el spot de la tele es una especie de respuesta?
-Como dicen ustedes los tucumanos: vo vé.
-¿Quiere que pidamos una cerveza?
-No, estoy medio destemplado. Mejor pidamos unos wiskies.
-¿Nacionales?
-No, mejor sigamos con los importados que vengo tomando a su cuenta y con poco hielo desde ayer a la noche.
-¡¡¡Ya me jodió de nuevo…!!!