-¡¡¡Eduard querido!!! ¿Qué hace con esa tortuga que lleva las banderas de Argentina, Chile y Brasil? ¿Acaso la está entrenando para esas carreras clandestinas de tortugas?
-No, mi estimado. Le estoy tratando de graficar que a cualquiera se le puede escapar la tortuga, como supo afirmar el gran filósofo argentino Diego Armando Maradona…
-¿A quién se le escapó la tortuga, Eduard?
-A “Belgranito”…
-¿“Belgranito”? ¿Quién es ese?
–José Cano, el titular del Plan Belgrano.
-Le salió un verso sin mucho esfuerzo.
-Pasa que soy un poeta por naturaleza.
-Bueno, no se me lo agrande y siga contando el chismecito que se pone lindo. ¿Por qué dice que se le escapó la tortuga?
-Porque Juan Manzur se alzó con la presidencia de la Zicosur, cuando Cano tenía un jugador para incorporar que se conoce ese bloque desde sus inicios.
-¿Quién?
-Un empresario del rubro entretenimiento.
-¿Qué tipo de entretenimiento?
-Música, luces, tragos, presentaciones…
-¿Usted está hablando de algún salón de fiesta?
-¡¡¡No sea zopenco!!! Le estoy hablando del rubro de los boliches.
-Bueno, pero no se me lo sulfure.
-Pasa que hoy está más lento que esta pobre tortuguita. Pero no se crea que es el único al que se le escapó la tortuga.
-Ah, ¿no?
-A otro, que estaba encargado de la recepción de la Zicosur le faltó cálculo para el vino.
-¿En serio?
-Sipi.
-¡Qué papelón! ¿Quién fue?
-El que resultó elegido secretario de la gestión de Juan en ese bloque regional.
-¡Ya sé quién es!
-No lo diga. Lo peor de todo es que en el encuentro estaba presente un bodeguero tucumano que no tenía drama en acercar su producto…
-Mire usted. Escuchar eso me dio sed.
-A mí también. ¡Mozo!, un vinito tinto por favor y una lechuguita para la tortuguita.
-¡Qué generoso, Eduard!
-¿De qué generosidad habla? Paga usted…
-¡¡¡Ya me jodió de nuevo!!!