-¡¡¡Eduard querido!!! ¿Qué hace con ese visor de realidad virtual? ¿Qué aventura está viviendo?
-Estoy recorriendo la Casa Histórica.
-Ya que está ahí, ¿me puede decir algo?
-Sipi.
-¿Hay alguna joda en el tercer patio?
-Justamente de eso y de otras cosas le quería hablar, mi estimado.
-Menos mal que se sacó ese visor. Esas cosas de la tecnología me dan miedo…
-No sea exagerado. Sucede que los amigos de la Casa Histórica ya tienen otro rebusquecito.
-¿En serio?
-Sipi.
-Luego de que se le cayeran los eventos del tercer patio y el no cobro de entradas, ¿qué se les ocurrió?
-La visita por realidad virtual.
-Ah, ahora se explica el aparatito que estaba usando.
-Sipi.
-¿Y cómo es la historia?
-Se paga 30 pesos y puede disfrutar de seis minutos del servicio.
-¡Está barato!
-Empezaron cobrando $20, pasaron a $30 y no le sorprenda que aumenten a $40…
-Bueno Eduard, viva y deje vivir.
-Con ese criterio, que cada uno haga lo que quiera en este bendito país…
-Mejor, cuénteme algo de la política local.
-A propósito, amigo, se abrió el libro de pases en el peronismo.
-¿Se van a dedicar al fútbol los muchachos?
-¡¡¡No sea zopenco!!! Se están pasado de bando.
-¿De qué me habla?
-De la política de seducción de la “pata” peronista del Acuerdo para el Bicentenario.
-¿A quiénes seducen?
-A los dirigentes que no son tenidos en cuenta.
-¿Y se prenden los muchachos?
-No todos, mi estimado, pero no hay que descuidarse en eso.
-¿Por qué?
-Porque cocodrilo que se duerme es cartera.
-Tiene razón. ¿Me prestaría ese visor?
-Nai como no…
-Gracias, quiero tener la sensación de virtualidad.
-Mozo, un café con medialunas saladas calentitas con jamón y queso.
-¡¡¡Qué linda la Casa Histórica!!!
-Paga mi amigo, que ahora está ocupado con la Casa Histórica. ¡¡¡ya lo jodí de nuevo!!!