“El pez por la boca muere”. En 2017 José Cano declaró tener 1,3 millones de pesos, lo que no resultaría excesivo, pero dentro de su declaración hay algunas perlitas interesantes.
Una de esas perlitas lo hermana con el intendente capitalino Germán Alfaro, porque se refiere al costo de inmuebles que le pertenecen. Cano declara dos casas dentro de la jurisdicción de San Miguel de Tucumán, las que tendrían según lo declarado, un valor de 128 mil y 60 mil pesos respectivamente. Según las ubicaciones y las características de ellas, ninguna podría tener esos valores, ni siquiera si se encontraran en la periferia o en cualquier asentamiento ilegal. Por mucho más que eso, adjudicatarios venden transferencias de propiedades del Instituto Provincial de la Vivienda.
Cano, quien se encuentra imputado por el escándalo de los negociados en Corea, causa conocida como “el Plan CoreANO”, afirmó que su patrimonio aumentó en 300 mil pesos con respecto a 2015, lo que representa un 30%.
La otra perlita es que Cano no declaró la casa en la que habita en un country de Yerba Buena. Sin embargo, esa propiedad de la que Cano afirma que es dueño de sólo la mitad, tiene como titular al empresario vinculado al sector de Biocombustibles, Ricardo Sisto Ansonnaud. Eso no se encuentra en la declaración jurada de bienes, como tampoco lo hacen las ganancias que tendría en torno a su relación con el Registro Automotor Número 5, ubicado en San Miguel de Tucumán.