Una mujer denunció a través de los medios de prensa que ayer fue echada por personal de la seguridad del supermercado Gómez Pardo, de avenida Brígido Terán al 700, porque utilizaba el teléfono celular supuestamente para “sacar foto a los precios de los productos que venden”; pero la mujer dijo que era para calcular el gasto que iba haciendo.
La mujer denunciante vivió minutos muy feos ya que fue intimada por los guardias de seguridad y personal del súper para que no utilizara el teléfono celular y luego -como teniendo cola de paja-, le exigieron que se retire del local.
Vale aclarar que en Tucumán, como en todo el país, está permitido constatar los precios, sacar fotos y anotarlos, por Defensa al Consumidor. Pero hay establecimientos que no respetan nada.
La triste historia
“Fui a hacer mis compras del mes, como todos los meses, y teniendo en cuenta la creciente inflación, siempre llevo mi lista de productos en una aplicación que baje de la Play Store, llamada Shop Calc. La misma permite ir cargando los precios y calcular cuánto será lo que se gastará con la compra. También permite usar los registros de los productos ya cargados, para no tener que volver a cargarlos”, sostuvo en la denuncia en la red social de Whatsapp.
“Cuando comencé a llenar mi carrito, el señor Miguel Pereyra (así dijo que se llamaba) me detuvo para preguntarme si estaba tomando precios. Le dije que no, que solo tenía una aplicación en la que uno lleva su lista de compras y permite modificar los precios para no tener sorpresas a la hora de pagar en caja.”
La echaron sin más explicaciones
“Me dijo que estaba bien, pero me seguía de cerca. Luego se acercó de nuevo para decirme que no podía usar el celular o tendría que retirarme. Dejé de usar el celular y aunque para mí significaba un perjuicio, en el sentido de que todas las cosas que iba poniendo en el carrito habían aumentado respecto al mes pasado y seguramente me iba a significar una diferencia a la hora de pagar, dejé de usar el celular”.
“Seguí levantando productos, cuando esté señor se acercó de nuevo con otro empleado ‘comedido’ y la policía que estaba en el ingreso, para decirme que tenía que retirarme. Intenté explicarles nuevamente que no estaba tomando precios para nadie (para eso hubiera tomado fotos y hubiera sido más fácil y más rápido, o me hubiera llevado un panfleto con los precios que publican, o hubiera buscado los precios en la página de la empresa…).”
¿Y los derechos del consumidor?
“Si bien le dije que no me iba a retirar, porque no estaba haciendo nada incorrecto ni nada ilícito, me fui, no sin antes dejar mi descontento en el libro de quejas. Por favor, si pueden publicarlo, está empresa que se jacta de moderna, tiene empleados sumidos en la ignorancia, que con su actuar solo perjudican a personas que actúan correctamente”, finalizó.
Defensa al Consumidor debería actuar de oficio y obligar a las grandes empresas a poner carteles señalando que no es delito tomar fotos de precios en sus locales. !Quien nada oculta,nada teme!