Al robo de cables de electricidad, ya habitual en Tucumán, se sumó en los últimos días una ola de vandalismo concentrado en los medidores de agua de la SAT.
Esta tendencia originó una investigación, protagonizada por personal de la Seccional Séptima, que se abocó a entrevistar a las víctimas y a directivos de la empresa sanitaria.
Así fue como obtuvieron indicios que apuntaban al barrio Juan XXIII, más conocido como la bombilla, mas precisamente a dos inmuebles que operaban como desarmaderos.
Con los elementos reunidos, obtuvieron una orden de allanamiento que les permitió secuestrar cinco medidores de agua y más de cien metros de cables de líneas de baja tensión.
El lugar fue identificado como el destino en el que los ladrones reducen todo lo que roban para obtener cobre, metal que se comercializa a un elevado precio.
A pesar del hallazgo, la justicia no ordenó medidas privativas de la libertad contra el dueño del desarmadero, aunque si quedó vinculado a la causa penal por robo.