El abogado Jorge Chueco, vinculado al empresario Lázaro Báez y desaparecido desde el jueves, cuando fue visto por última vez en la ciudad misionera de Puerto Iguazú, no habría cruzado la frontera hacia Brasil, según dijeron a Télam fuentes de Prefectura Nacional.
Desde esa fuerza de seguridad sostuvieron que “no hay indicios” de que Chueco haya atravesado clandestinamente la frontera nacional, con destino a Brasil, contrariamente a la versión que circuló en varios medios nacionales.
Unos 100 miembros de Prefectura Nacional, en conjunto con las fuerzas de seguridad de Paraguay y de Brasil, patrullan la zona de Puerto Iguazú por tierra y por agua con embarcaciones, y también con helicópteros desde que lo requirió el juzgado del juez federal Sebastián Casanello, quien investiga la causa conocida como “la ruta del dinero K”, en la que Chueco estaría involucrado en la compra de varias empresas, entre ellas la financiera SGI.
La desaparición de Jorge Chueco continúa siendo un misterio que, como tal, está rodeado de rumores e informaciones falsas, como por ejemplo aquella que, dos días atrás, especulaba con el presunto asesinato del abogado vinculado a Lázaro Báez, y cuyo cuerpo habría sido encontrado por Prefectura, cerca de Puerto Iguazú, desmentido a Télam por voceros del Ministerio de Seguridad de la Nación.
En tanto, la cartera que conduce Patricia Bullrich lanzó ayer un comunicado, en el que informó “no haber recibido instrucciones de la justicia para custodiar” a Chueco, pero que “de todas formas, el ministerio ha determinado conformar un Comando Unificado en la localidad de Puerto Iguazú para colaborar con la investigación”, destacó.
Jorge Chueco, según la policía local, llegó el martes por tierra a Puerto Iguazú, la ciudad misionera ubicada a 17 kilómetros de las Cataratas del Iguazú, donde un día después protagonizó un episodio que movilizó a los guardaparques del Parque Nacional.
Alrededor de las 14, según explicaron a Télam desde Parques Nacionales, Chueco fue visto por turistas “descompensado, en el suelo y con un golpe en la cabeza, en la zona de la Garganta del Diablo”, por lo que se dio aviso a un guardaparque, además de poner en marcha el protocolo de emergencia estipulado para esos casos.
Según corroboró el enfermero del lugar, Chueco, quien se encontraba solo al momento del episodio, podría haber sufrido el golpe tras patinarse en el piso debido al estado de ebriedad en el que se encontraba, que le permitió apenas balbucear sus intenciones de suicidarse, y por lo que no ofreció resistencia cuando intentaron incorporarlo del suelo.
“Decir la palabra ‘suicidio’ en un Parque Nacional activa inmediatamente un protocolo”, explicaron las fuentes, y en el caso de Chueco, intervinieron tres guardaparques y el enfermero con su ayudante, se lo trasladó a la guardia del lugar y se le dio aviso a la policía, a quien se lo entregó bajo acta policial con el objetivo de salvaguardar su vida.
Sin embargo, los guardaparques se enteraron días después de que esa misma persona que manifestó sus intenciones de suicidarse en la Garganta del Diablo se trataba del abogado imputado en la causa por lavado de activos en la que está detenido Lázaro Baez: “No teníamos idea de quién era esa persona”, dijeron a Télam, al tiempo que confirmaron de que el supuesto ofrecimiento de coima para que lo dejen suicidar, tampoco existió, tal como circuló en algunos medios.
Al otro día, su ex mujer Patricia Tendler, informó la desaparición de Chueco, quien se alojaba en el hotel St. George, ubicado en el centro de Puerto Iguazú, donde dejó una nota y unos 43.000 dólares. Luego, se esfumó.