Pese a la caída de la cotización del dólar en un 12% en octubre y el inicio de un proceso de declive del precio del petróleo crudo, las petroleras decidieron disponer el décimo cuarto aumento del año en el valor de los combustibles al público a partir de este viernes, aunque algunas compañías lo implementarán desde el sábado, aseguraron fuentes del sector.
Como es habitual en estos casos, las subas no serían simétricas ni para los diferentes tipos de hidrocarburos, ni entre las empresas. Sin embargo, las fuentes estimaron que se ubicarán en un rango de 5 a 7 por ciento.
“Es el efecto del gradualismo y de la interrupción de la vigencia del régimen desregulación de precios que se dispuso en septiembre de 2017 por el entonces Ministerio de Energíacuando el valor del dólar saltó en pocos meses de $20 a fines de abril a casi $42; y la cotización del crudo escaló a más de USD 75 el barril, y ya no es sostenible”, sostienen en la industria.
Arriba de la inflación, debajo de la variación del dólar
Pese a este nuevo ajuste de precios, tras un mes en que el consumo de combustibles declinó un 7%, se estima que con los nuevos valores de mercado sólo se recortará una parte del atraso actual del 15% respecto a un valor de equilibrio y de sustentabilidad de las inversiones.
Con este aumento el precio medio de las naftas y del diesel, el promedio acumulado en el año trepará a más de 75%, casi el doble que la variación del índice general de precios al consumidor, y más del triple de la suba media de los salarios de la economía.
Por el contrario, en comparación con el salto de la cotización del tipo de cambio del 116% hasta mediados de septiembre, cuando alcanzó un pico de venta al público de $41, y 95% respecto del nivel de apertura de noviembre por debajo de $37, persiste una brecha negativa de más de 20 puntos porcentuales.
Reacción del mercado
Las petroleras ya experimentaron que subas de precios de las naftas muy superiores a la tasa de inflación, y en particular del promedio de salarios de la economía genera como contrapartida una caída de la demanda.
Los datos de despachos en octubre indican una contracción de entre 5% y 7%, más intensa en los tipos especiales y tope de gama, que en la opción anterior, más económica, según datos de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos de Argentina (CECHA).
Sin embargo, fuentes de la industria coincidieron en destacar: “los números de los balances no son buenos, y mantener precios atrasados respecto de los costos de extracción, en el caso de las compañías integradas, y de compra de crudo en el mercado internacional para su posterior refinación, pondría en riesgo la sustentabilidad y los planes de inversión”.
La medida es antipática, no sólo para los bolsillos de los consumidores, y el costo del transporte de carga, sino para el objetivo del Gobierno de bajar la tasa de inflación a la mitad en menos de un año.