La medida judicial se llevó a cabo tras una ardua tarea de investigación policial.
En calle Malabia al 4.000, los efectivos encontraron volantes, caños de escape, motores desarmados, y otras partes que pertenecen, en su mayoría, a un vehículo sustraído en calle Las Piedras al 1.900 hace dos meses.
La sorpresa fue mayor cuando hallaron en el fondo de la propiedad un auto marca Fiat Palio color blanco que tenía pedido de secuestro en otra causa de robo.
En ambos casos, los investigadores determinaron que los vehículos fueron robados a través de idénticos modus operandi: autores desconocidos actuaron en horas de la madrugada y rompieron una ventanilla para concretar el robo.
A raíz de las investigaciones policiales, la medida de allanamiento fue concedida por el Juzgado de Instrucción de la V Nominación, con la intervención de las Fiscalías Especializadas de Robos y Hurtos de la III y IV nominación.
En tanto, una de las fiscalías actuantes fue la que dispuso la inmediata aprehensión del propietario de la vivienda, de 42 años.
El procedimiento fue supervisado por el Director de Investigaciones, Raúl Sequeira.
Uno de los hechos
En el caso del auto desarmado, se trata de una denuncia que realizó un hombre de 25 años el 20 de marzo pasado, cuando dejó estacionado su auto marca Fiat frente al domicilio de su pareja, en calle Las Piedras al 1.900.
Al salir, después de unas horas, se dio con la sorpresa de que autores desconocidos habían robado su auto. Debido a la cantidad de vidrios diseminados en el suelo, se estimó que habrían roto uno de los cristales de las puertas para poder abrir la puerta.
Los agentes de la División Sustracción del Automotor, de la Dirección de Investigaciones Criminales y Delitos Complejos de la Policía, comenzaron de inmediato a rastrear a los presuntos autores del robo del vehículo. En esa búsqueda, detectaron un auto oculto, de idénticas características del sustraído, y que estaba siendo desarmado, aparentemente con el fin de comercializar sus autopartes.
Pero la maniobra ilícita no terminaría ahí, ya que los investigadores sospechan que habría personas encargadas de suprimir las numeraciones originales de motor y chasis, reemplazándolas por otras “apócrifas” que corresponderían a vehículos deteriorados en desuso, de las mismas marcas y modelos.