Sus víctimas tienen 15, 12, 6, 9 y 4 años. Dos de ellas fueron embarazadas. La de 9 mostró signos de haber sido violada y hay dos prófugos buscados por la Justicia.
A comienzos de esta semana, la Departamental Berazategui de la Policía Bonaerense arrestó a una mujer en la villa Los Álamos de Quilmes, un asentamiento marcado históricamente por allanamientos frecuentes en búsqueda de ladrones y la violencia de bandas de transas. La buscaban por otro comercio, uno mucho más perverso.
Una de sus hijas había llegado a la Comisaría de la Mujer en Quilmes. Tenía 12 años y estaba embarazada de tres meses. La acompañaba otra mujer, la madre de su novio. Decía que su propia madre la golpeaba. Luego, fue al Hospital Iriarte. Ante los médicos, la menor hizo un comentario que llamó su atención de inmediato: su madre la entregaba a otros hombres del barrio para que abusen de ella, la prostituía por escaso dinero, por mercadería. Dijo que no estaba sola en ese tormento. Sus tres hermanas también eran sometidas. Sus edades: 6, 9 y 4 años.
Así, se le dio intervención a la fiscal Silvia Borrone, que recibió el sábado pasado una denuncia del Servicio Zonal de Minoridad para averiguar el paradero de las nenas ya que consideraban que podían estar en riesgo con su madre.
La información era escasa: el Servicio no sabía dónde vivían exactamente, tampoco los números de DNI de las nenas. Así, gracias a la información que dio la hermanita, la fiscal Borrone comenzó a investigar y las halló con el personal de Policía de la Comisaría 2° de Berazategui abocado al caso. El primer dato llegó en San Francisco Solano, donde llegaron a la casa del padre, luego en Ezpeleta.
Finalmente, en menos de 24 horas, llegaron a Los Álamos. Todo ocurría “en una habitación ínfima”, asegura un investigador.
La madre fue arrestada, las menores puestas a resguardo. La niña de 9 fue analizada: se encontraron signos compatibles con un abuso sexual, aseguraron investigadores del caso. La de seis hizo una declaración: ratificó los dichos de su hermana, afirmó que efectivamente su mamá las entregaba. El estado de abandono era extremo: una de ellas, se descubrió, tenía gusanos en el cuero cabelludo producto de las lesiones que le habían provocado los piojos.
“Un desastre”, calificó una fuente del expediente.
Luego, los investigadores del caso, adelantado por Perspectiva Sur, descubrieron que hubo una alerta previa: la hermana mayor de las nenas, hoy con 15 años, ya fuera de la casa, que es madre también, había denunciado la situación al menos dos años atrás, con una supuesta intervención de un servicio local. Sin embargo, los presuntos abusos continuaron.
La casa pasa en manos al fiscal Daniel Ichazo, especializado en abuso sexual infantil y tráfico de pornografía de menores. La causa también continúa en sus manos. Hay por lo menos dos prófugos que son buscados, familiares de la detenida. Uno de ellos, de acuerdo a la acusación, primo de la madre de la nena, fue quien inició el esquema, violando supuestamente a dos de las tres nenas por plata y mercadería.
El segundo, un amigo de este primo, tiene un rol todavía más comprometedor: habría participado en el ofrecimiento de las nenas a terceros. Las fuentes del caso no revelan si la nena de 4 efectivamente atacada.
La prostitución de menores a cargo de sus familias en asentamientos no es nueva ni reciente. Varios casos fueron registrados e investigados en los últimos años.