El ministro de Economía, Martín Guzmán, adelantó que el Gobierno “no podrá hacer frente a los pagos de deuda de los próximos días.
Para mañana están programados vencimientos de intereses de tres bonos regidos por ley extranjera, aquellos que están siendo negociados dentro de la oferta de reestructuración lanzada la semana pasada. En caso de no pagar, el Tesoro tiene un plazo de gracia de 30 días para girar el dinero antes de caer en default. Ese proceso se da a la par del plazo de “alrededor de 20 días” que dio Guzmán a los acreedores para decidir sobre la oferta para reestructurar la deuda.
“Nosotros partimos de la base de que la Argentina ya está en una situación de virtual default. Argentina ya no tenía capacidad de hacer frente a los pagos de la deuda programados, nosotros decidimos seguir un proceso sobre la base de la buena fe, se hizo una esfuerzo para establecer ese proceso que llevaba unos meses, durante unos meses se continuó pagando la deuda usando reservas, que eso fue parte de lo que previó la ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva adoptada en diciembre de 2019”, dijo Guzmán en declaraciones radiales.
“Pero ya considerábamos que la economía estaba en virtual default. Entonces no es que Argentina hoy tiene acceso al mercado de crédito internacional y entonces luego de no poder hacer frente a los pagos de deuda que se vienen en los próximos días va a perder ese acceso. No, eso no es así, Argentina ya no tiene acceso al mercado de crédito internacional y eso va a seguir ocurriendo pase lo que pase”, agregó.
Mañana, 22 de abril vencen, los bonos Globales 2021, 2026 y 2046. Se trata de tres papeles en moneda extranjera y regidos por tribunales del exterior. Se trata, entonces, de vencimientos de papeles que están dentro de la propuesta de reestructuración de deuda que fue presentada la semana pasada.
En una extensa entrevista, el titular del palacio de Hacienda dijo que la crisis sanitaria por el coronavirus COVID-19 no tuvo un impacto tan grande en la renegociación de deuda.
“Ya no se podía pagar nada, con el coronavirus menos aún. Pero menos que nada también es nada, con lo que en los escenarios de corto plazo tampoco hay grandes cambios”, dijo.
Respecto de la propuesta para la reestructuración de la deuda, el ministro se refirió a la respuesta de los principales grupos de bonistas, que rechazaron por unilaterales e insuficientes a los términos ofrecidos.
“Nosotros lo que proponemos es algo absolutamente serio, es razonable, sobre la base de la buena fe. Y es razonable porque estamos tomando un compromiso que podemos cumplir al mismo tiempo que cumplimos con el compromiso más importante que es proteger a las argentinas y a los argentinos. Las expresiones de rechazo en algún sentido eran esperables. También es parte de lo que es un proceso en el que la otra parte busca presionar para que Argentina ofrezca más, pero como digo, no se puede. Porque ofrecer más no es sostenible y nosotros eso es algo que no vamos a hacer”, dijo Guzmán.
Más aún, sugirió que la oferta no tiene espacio para una negociación.
“La oferta es la que es. Ya está en la comisión nacional de valores de los EEUU y es el producto del entendimiento al que hemos llegado después las conversaciones y negociaciones que hemos tenido. De las cuales, insisto, no es que hubo acuerdo porque ellos están pidiendo algo que es simplemente insostenible”, aseguró el ministro. “Uno de los grupos presentó una oferta que implica cero quita de interés y cero quita de capital, simplemente reacomodar pagos de intereses en el tiempo. Era algo absolutamente insostenible que hubiera llevado a una dinámica de deuda que el país no puede enfrentar, que no puede sostener en el tiempo. De modo que esta es la oferta, esto es sobre lo que hay que decidir”, insistió.
También buscan reperfilar pagos al FMI
Consultado respecto a si se podrá hacer frente a los pagos al Fondo Monetario Internacional, Guzmán dijo además que no se podrá pagar al organismo internacional hasta el año 2024.
“Los montos de pagos al Fondo que Argentina enfrenta para 2021, 2022 y 2023 son montos que hoy en día no se pueden enfrentar. Argentina no tiene esa capacidad de pago y no tiene acceso a los mercados de crédito internacionales. Recordemos que la premisa, lo que fundó el acuerdo del gobierno anterior con el FMI era que la entrada en escena del Fondo iba a generar un shock de confianza. Como entra el Fondo los acreedores van a ver ahora que hay más plata y más dólares en la economía argentina, y entonces eso lo que va a hacer es creer más en Argentina. Recordemos que este es el año 2018, en el contexto de una corrida cambiaria, en el contexto de un cambio notable de las expectativas en el mercado acerca de las virtudes o falta de virtudes del modelo económico que imperaba en ese momento en la Argentina”, dijo el funcionario.
“La realidad es que no ocurrió eso. La realidad es que la entrada en escena del FMI no generó ningún shock de confianza positivo, por el contrario generó más desconfianza. Cuando el mundo vio, teniendo en cuenta la tan turbulenta historia que tiene la Argentina con el FMI, que entraba el FMI en escena la conclusión fue bueno las cosas realmente están muy mal, todo empeoró. Argentina no consiguió acceso a los mercados de crédito. La idea era que la Argentina accediera al mercado de crédito para conseguir el dinero para pagarle al FMI. Bueno eso no ocurrió, eso no va a ocurrir”, agregó.
“Nosotros buscamos tener con el FMI un cronograma de pago nuevo en el que Argentina no tenga que pagarle nada de los pagos de capital programados en los próximos 3 años”, concluyó.
Emisión monetaria
El titular de Economía se refirió también a las medidas paliativas que se decidieron para enfrentar el impacto económico que genera la pandemia de coronavirus, sus costos y el riesgo inflacionario que implica el financiamiento monetario de los nuevos gastos.
“Lo primero es proteger a los sectores que quedan en estado de vulnerabilidad y a la Argentina hoy no le sobran instrumentos. Crédito externo no tiene, el crédito interno es un proceso generarlo y, bueno, se requiere emisión”, dijo Guzmán.
“En este momento la emisión no está generando inflación desde el punto de vista de que está dificultada la posibilidad de gastar. Pasada la pandemia, obviamente se pondrá en marcha un plan para controlar los efectos de esa emisión acumulada. Hay una parte que irá a más demanda por aquello cuya oferta puede crecer, Argentina tiene mucha capacidad instalada ociosa, ya la tenía antes del coronavirus. Ahí hay un espacio para que lo que aumente sea la producción”, mencionó.
“Después, la inflación en la Argentina tiene mucho que ver con las presiones cambiarias que hacen que los precios de aquello que se importa crezcan y eso se transmita a otros precios de la economía. Y allí vamos a tener un plan para lidiar con eso, desde el desarrollo del crédito interno. Y aparte las importaciones están cayendo y bastante más fuerte que las exportaciones, por lo que ello le genera a la Argentina un espacio para poder lidiar luego de la pandemia con las consecuencias de las políticas que se toman ahora”, concluyó.