Sus alumnos y colegas señalaron que el velatorio será este lunes 10 de septiembre desde las 16 en Malabia 1662. El entierro será este martes a las 15 en Memorial Pilar.

Carlos Garaycochea nació el 1 de junio de 1928. Fue colaborador, entre otras publicaciones, de El Gráfico, Billiken, Esto Es, Qué, Semana Gráfica, Rico Tipo, Patoruzú, TV Guía, Satiricón, Humor, La Revista, El Mundo, Democracia, La Nación, Tiempo Argentino, El Cronista, Hoy (La Plata). Es autor de varios libros, entre ellos: Dónde vamos a parar, Los deportistas son una risa, Don Gregorio, Catalina, Cómo parecer culto.

Presidió durante varios años la Asociación de Dibujantes de la Argentina (ADA), y fue profesor de la Escuela Fernando Fader, la Escuela Panamericana de Arte y la Escuela Nacional de Bellas Artes. Ha hecho radio, televisión, cine y teatro. Ha sido también formador de nuevas generaciones de humoristas gráficos desde la escuela que fundó.

Nació en Casbas, provincia de Buenos Aires y fue su madre la que le regaló su primer libro de Saúl Steimberg, llamado “el Picasso del humor gráfico”. Radicado en la ciudad de Buenos Aires, estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes de donde egresó en 1949. Alejandro Sirio fue su maestro.

En 2012 el exlegislador porteño Julio Raffo presentó un proyecto de ley para declararlo Ciudadano Ilustre. “El trabajo de los artistas gráficos nos da valiosa información acerca de las costumbres, sentimientos e ideas de una época. Carlos Garaycochea es uno de los grandes maestros del humor gráfico argentino y formador de nuevos artistas”, fundamentaba el texto oficial.

Según Carlos en el humor los límites los marca la inteligencia, hay que evitar ofender, porque la ofensa y la violencia son los últimos recursos de un ser humano. Mejor es usar la ironía, que es una manera de decir lo mismo pero sin que el otro se pueda ofender. Ahí entra a jugar la inteligencia. En el humor gráfico en particular nos aclara que si uno hace un
dibujo y le pone un texto y lee solo el texto y se ríe, ¿para qué hace el dibujo? Y si mira el dibujo solo y también se ríe, ¿para qué agregarle un texto, si con el dibujo alcanza? Entonces hay que lograr una mezcla de las dos cosas. Su método constructivo se basa en pensar primero la situación, el escenario, tiene que ser un escenario lindo, decorativo, preguntarse qué hacen los hombre en ese escenario, como una puesta en escena en una obra teatral, con respecto al texto si es posible en una línea dar la sorpresa, para que la secuencia sea ver el dibujo y leer el texto para que la gracias se dé en el final.

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