Este miércoles el pueblo entero de Santiaguito Coaxustenco en Tenango del Valle, Estado de México, despidió en su funeral a Teresita, la pequeña de 10 años que fue asesinada por su propia abuela el domingo por la noche.
Incluso una patrulla custodiaba la entrada donde se llevó a cabo el velorio donde todos los vecinos acudieron, nunca antes tuvo tanta atención, ni siquiera del DIF que sólo fue algunas ocasiones pero nunca la retiró del domicilio a pesar de las decenas de denuncias de maltrato.
Una vecinas prestaron la casa de enfrente para realizar su último adiós, ellas fueron testigos de cómo la pequeña sobrevivía al lado de su abuela, quien la maltrataba constantemente, los moretones de golpes y quemaduras de cigarrillos eran comunes en su cuerpo, estos últimos días todos los habitantes del pueblo supieron de su existencia, pero ya nada más pudieron hacer por ella.
La mujer señalada por los vecinos como la autora del crimen, sería su abuela Laura Elvira Guevara, de entre 38 y 40 años, quien presuntanmente después de haber asesinado a la niña y dejarla envuelta en una cobija en un sillón del domicilio, huyó con rumbo desconocido.
Laura Elvira tuvo muy joven a su hija, la madre de Teresita, a su vez ella fue madre adolescente, esto derivó a que a los dos años quedara bajo resguardo de la abuela, mientras que su madre biológica se fue a vivir a otro domicilio.
La pequeña iba a la escuela pero cuando entró a la primaria sólo acudía ocasionalmente. Compañeros de la escuela y vecinos aseguran haber visto las lesiones que tenía Teresa en la cara, brazos, abdomen y espalda, y cómo solía al ir a la tienda para comprar los cigarros de su abuela tapada con ropas en pleno día para que no se notaran sus moretones.
Había días que no salía, presumen que era porque estaba golpeada. Fue de manera intermitente a la escuela, pero luego su abuela ya no la mandó.
“La niña volvió a venir igual tapadita, -ya te pegó de vuelta verdad-, le dije –no doña Chayo, me rasguñó el gato-, -No mija la carita la tienes muy marcada-, de su cuerpecito todo su cuerpo marcado, ahí ni cómo decir, no es verdad“, aseguró Rosario Medina al portal Reforma, una vecina que se dio cuenta de los constantes maltratos de la pequeña.
“La quisimos rescatar, pero fue tarde. No pudimos salvarla. Pero, qué podíamos hacer ¿robárnosla?”, dijo Rosario quien lloraba de dolor ante la impotencia de no haber podido ayudar más a Teresita.
“Hicimos varias denuncias al DIF para que la recogieran pero solo venían y no se la llevaban”, volvió a reprochar el grupo de mujeres, según constató en el funeral el portal DigitalMex.
Una de ellas fue elegida como su madrina para la sepultura. Es quien dirige el funeral.
Todo fue organizado por los vecinos, pues la forma en que murió la niña, enoja al pueblo. No permitieron que familiares e incluso la madre se acercara, ya que ni siquiera solía visitar a la niña frecuentemente.
Denuncian que Teresita solía tener las manos quemadas por marcas de cigarro, como una forma de castigo que se le aplicaba.
“Sus manitas se las quemaban con el cigarro”, dice una mujer de canas. Luego cuestiona: “¿Quién hace eso, si es su sangre, su nieta?”.
De acuerdo con familiares fue la misma abuela quien mandó un mensaje por celular a la mamá para decirle: “Discúlpame acabo de matar a tu hija” y después habría huido con su otra hija, de nueve años.
La mamá de la víctima y su pareja llamaron a las autoridades y al llegar encontraron el cuerpo de la niña envuelto en una cobija, de ahí se llevaron el cuerpo de la niña al SEMEFO donde los vecinos reclamaron el cuerpo para llevar a cabo los servicios funerarios.
Con lágrimas en los ojos, los pobladores del lugar señalaron que muchas veces fueron denunciados ante el DIF municipal y estatal, los maltratos de los que constantemente era víctima la niña y nunca tuvieron respuesta de las autoridades.
La escena que dibuja el velorio previo a la sepultura de Teresita, era triste. Los vecinos intentaron darle color con unos globos blancos y rosas. Frente a la casa, sobre la banqueta, se dispuso un altar con la figura de Niño Divino que custodia un moño rosa.
Sobre el piso había docenas de veladoras encendidas, los vecinos las han llevado junto con las flores durante toda la mañana.
A sus costados se encontraban globos, también le pusieron galletas y unos refrescos. Los vecinos dicen que le gustaban mucho.
Este miércoles entre los vecinos hubo colectas para comprar el féretro, flores y de en poco en poco se juntó arroz, pollo y mole para servir comida previo al entierro, todos cooperaron.
“Es una casa prestada, aquí decidimos velarla”, dice otra de las mujeres que atienden a los que llegan.
Frente a la casa se cerró la calle con tres hileras de sillas y un pequeño altar instalado al lado de la puerta donde había un bote para las colectas, junto está la figura del Divino Niño y debajo, como alfombra docenas de veladoras que han donado los vecinos.
Las flores llegaron toda la mañana. Al fondo de una pequeña sala de la casa estaba el féretro con el cuerpo de Teresita. Una fotografía de sus primeros años es la única imagen que se puede ver de ella.
“¿Me la deja ver por última vez?”, pidió una mujer a la madrina de Teresita, quien carga el retrato de la pequeña de nueve años. “Para tener el recuerdo de su carita”, agregó la anciana.
Las campanas de la iglesia doblaron en Santiaguito Coaxustenco, más de 300 personas salieron para acompañar a la menor, adornaron el camino hacia la iglesia y panteón con pétalos de rosa y musicalizaron el recorrido con una banda de viento.
Mujeres e incluso algunas niñas cargaron la caja blanca de Teresita hasta el panteón, mientras que algunos vecinos y familiares lloraron su muerte.
Los vecinos buscan justicia para la niña, piden que la Procuraduría General de Justicia ubiquen a la abuela y que puedan salvar a otra niña que está con ella, piden una investigación por omisión de funcionarios del DIF y además se preguntan cuántos niños y niñas más se encontrarán en esa situación.