La decisión la tomó el presidente de Estados Unidos, tras el ataque con armas químicas que dejó decenas de mujeres y niños muertos. Confirman que hubo al menos cuatro “bajas”.

Estados Unidos lanzó anoche un ataque con misiles contra una base aérea en Siria, ordenado por el presidente Donald Trump, a pesar de una severa advertencia de Rusia sobre las “consecuencias negativas” de una acción militar unilateral. Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), al menos cuatro soldados sirios murieron en los bombardeos que “destruyeron casi totalmente” una base aérea del régimen

El ataque es “vital para la seguridad nacional”, dijo el propio Trump, quien recordó que el líder sirio, Bashar al Assad, atacó con gas neurotóxico a “hombres, mujeres y niños indefensos”.

Para Trump, “todos los países civilizados” deberían contribuir al fin del conflicto Siria”.

Este ataque constituyó la respuesta estadounidense a un presunto ataque químico que dejó al menos 86 muertos esta semana en el noroeste de Siria y provocó la indignación de la comunidad internacional. Washington culpó a Assad por el ataque.

Una fuente del Pentágono informó que 59 misiles teleguiados Tomahawk habían sido lanzados, en especial contra la base aérea siria de Shayrat, desde donde analistas estadounidenses están convencidos que partió el ataque con un gas neurotóxico.

Poco más tarde, la televisión estatal siria confirmó los ataques y los calificó como una “agresión” por parte de Estados Unidos. También se indicó, en ese sentido, provocó “pérdidas”, informó una fuente militar del régimen de Al Assad, sin precisar si se trataba de pérdidas humanas o materiales.

“Una de nuestras bases aéreas en el centro del país fue atacada al alba por un misil disparado por Estados Unidos, provocando pérdidas”, señaló esta fuente citada por la televisión estatal, que poco antes calificó el ataque como una “agresión”.

Horas después, Rami Abdel Rahman, director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) le comunicó a AFP “la confirmación de la muerte de cuatro militares, entre ellos un general de brigada de la Fuerza Aérea”.

“El aeropuerto fue casi totalmente destruido: la zona de estacionamiento de aviones, el depósito de combustible y el edificio de defensa aérea fueron pulverizados”, completó.

En tanto, una fuente de la Casa Blanca que solicitó el anonimato responsabilizó directamente a Assad por el ataque y aseguró que fue utilizado un gas similar al sarín.

Más temprano en la misma jornada, peritos de Turquía que atendieron a víctimas del ataque, habían asegurado que se trataba de sarín, un gas neurotóxico que puede provocar la muerte en pocos minutos.

En la tarde del jueves, el Consejo de Seguridad de la ONU no logró alcanzar un acuerdo sobre una resolución sobre Siria, cuando ya se había divulgado la información de que la Casa Blanca tenía listos los planes de ataque.

En ese cuadro, la delegación rusa formuló un claro alerta a Washington sobre los riesgos de actuar militarmente y de forma unilateral en el conflicto sirio.

“Si hay una acción militar, toda la responsabilidad recaerá sobre los que hayan iniciado una empresa tan trágica y dudosa”, declaró el embajador ruso ante la ONU, Vladimir Safronkov, a la salida de una reunión del Consejo de Seguridad sobre Siria.

Este ataque con misiles significa que Washington pasó a implicarse directamente en la catástrofe siria, en un claro vuelco en la estrategia política y militar de Estados Unidos tras seis años de guerra civil.

“Lo que Assad ha hecho es terrible. Lo que ha ocurrido en Siria es realmente un crimen chocante”, había dicho Trump a la prensa durante el viaje al estado de Florida, donde le esperaba el presidente chino Xi Jinping.

“Lo que pasó en Siria es una desgracia para la humanidad. Y Assad sigue ahí, y supongo que es el que manda, y por eso pienso que algo debe ocurrir”, apuntó el mandatario.

El secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, había sido más explícito al prometer una “respuesta apropiada” al ataque del martes a la aldea de Jan Sheijun, en la provincia rebelde de Idlib. Entre las víctimas mortales hay 27 niños.

Fuente: Clarín

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