crimen

El cuerpo del oficial inspector Ariel González (35) estuvo cerca de dos días en el interior de una camioneta utilitaria. Se supone que lo ejecutaron en la noche del 20 de julio, el Día del Amigo, en el partido bonaerense de Tres de Febrero, pero hasta este jueves nadie en el barrio llegó a advertir que ese vehículo estacionado sobre la calle Congreso al 8000 tenía tres orificios de bala y que había un cadáver en el asiento del conductor.

La víctima prestaba servicio en la Policía Federal Argentina (PFA). Actualmente pertenecía a la División Unidad Operativa Federal (DUOF) de la Delegación Mercedes. En un primer momento, los vecinos intuyeron que podía tratarse de una víctima más de la inseguridad, pero en el coche encontraron su pistola reglamentaria y el teléfono celular y rápidamente esa hipótesis comenzó a perder fuerza.

Varias hipótesis

Si bien los investigadores no descartan nada, el caso tiene todas las características de un crimen mafioso. Es que en el interior de la camioneta Peugeot Partner de la víctima los policías hallaron una cartulina con un mensaje escrito a mano que decía: “Rengo Pacheco 10 millones por mi; acá tenés tu 10 millones atentamente San Martín (sic)”.

La nota, que estaba escrita con fibra roja, menciona a un capo narco conocido de la zona oeste del conurbano bonaerense: Javier Alejandro Pacheco (47), alias “El Rengo”.

Pacheco fue detenido en mayo pasado, pero estuvo más de diez años prófugo de la Justicia. Le atribuyen al menos cinco homicidios.

Vivía en una mansión

El Rengo vivía a todo lujo en una mansión de Parque Leloir, en el partido de Ituzaingó, pero esa buena vida que llevaba estaría directamente relacionada con el narcotráfico.

Para los investigadores heredó el negocio que durante mucho tiempo manejó Miguel Ángel “Mameluco” Villalba, el capo narco que soñaba con ser intendente, actualmente detenido y purgando una condena a 27 años de prisión.

Su estilo de vida y todos los bienes que presuntamente acumuló en los últimos años dan muestra de un crecimiento económico que difícilmente pueda justificar. La casa en la que residía, por ejemplo, tenía hasta una sala especialmente acondicionada para jugar al póker, además de un parque con piscina, jacuzzi, sauna y todas las comodidades que uno pueda imaginar.

“Después de Mameluco Villalba, el que tomó el negocio y regenteo de la droga en San Martín es Pacheco. Es un sicario que llegó a la cúspide de la organización en base a ir eliminando uno por uno aquellos que se le ponían en el camino”, explicó el ministro de seguridad de Buenos Aires, Sergio Berni, al anunciar su captura.

La escena

 

El cuerpo del inspector González estaba reclinado sobre el asiento del conductor. Como el utilitario tiene los vidrios polarizados prácticamente no se ve nada desde el exterior. Por eso, entendieron los investigadores, los vecinos demoraron casi 48 horas en descubrir el cadáver.

Los peritos de la Policía Científica, que trabajaron a las órdenes de la fiscal Gabriela Disnan, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N° 5 de San Martín, hallaron cinco vainas servidas. Todas eran calibre 9 milímetros y fueron levantadas del habitáculo. Según el informe preliminar, los disparos se realizaron de adentro hacia afuera.

Dos orificios de bala

En la puerta delantera izquierda marcaron dos orificios de bala. En la ventanilla quedó el registro de un tercer impacto. Lo que no está claro es si el policía llegó a utilizar su pistola.

Una mujer de 45 años, que vive a metros del lugar donde fue ejecutado González, declaró que a las 23.30 del martes escuchó tres detonaciones, pero aclaró que no percibió nada extraño. “No vi corridas ni nada que me llamara la atención”, indicó.

El hombre que descubrió el cuerpo reside en la misma cuadra. Al igual que la mujer dijo que la camioneta estaba estacionada desde el martes a la noche, pero señaló que no le había parecido extraño. El jueves a la tarde, cuando se acercó un poco más, notó que había una persona desvanecida.

Secuestros en la casa

Además del mensaje mafioso y la pistola de la víctima, los policías secuestraron otro papel con dos nombres y unas coordenadas que están siendo analizadas al igual que el teléfono celular de González.

Los investigadores tienen esperanza de encontrar indicios certeros en el aparato y saber con quién presuntamente pactó un encuentro esa noche.

Los pesquisas descuentan que él o los homicidas conocían a la víctima. Otro dato que están siguiendo fue aportado por los propios familiares del oficial asesinado: dijeron que González trabajaba para un abogado. ¿Tendrá algo que ver con el crimen? ¿O, como dice el mensaje, al policía lo ejecutaron por entregar a Pacheco a cambio de 10 millones de pesos?

 

 

fuente: msnpoliciales

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