Con el advenimiento de la democracia nació en la “Ciudad del Limón” la academia folclórica madre de esa ciudad. Surgió como una necesidad, ante la falta de ballets de este tipo. En el presente se transformó en un lugar de contención para los niños y jóvenes. El gran esfuerzo que se realiza en tiempos difíciles para mantener vivas las raíces.
No reconocer al Ballet Tafí como una organización madre del folclore en Tafí Viejo sería como tapar el sol con un dedo. Todos los profesores a cargo de academias en esa ciudad han pasado por ella. ¿Cómo surgió? Hace 33 años, en la “Ciudad del Limón” no había academias folclóricas, por lo que los taficeños que querían dedicarse a mantener vivas las tradiciones debían trasladarse hasta San Miguel de Tucumán. Fue entonces que unos vecinos, entre los que se encontraba la actual tesorera, Nilda Torres, fundaron el “Ballet Tafí”. “Nos embarcamos en este sueño, junto al señor Moiratta, sin saber en qué terminaría pero seguros de generar un espacio para nuestras danzas típicas”, sostiene Nilda emocionada por los recuerdos que vienen a su mente.
En la actualidad, la presidencia del Ballet Tafí es ocupada por Elvio Juárez, mientras que la vicepresidencia está en manos de Claudia Costilla. El profesor de mayores es Luis Robledo, mientras que las divisiones formativas son responsabilidad de Miguel Torres, quien cuenta con la colaboración de Emmanuel, quien es un eximio bailarín de malambo.
La academia ha marcado el rumbo de muchas generaciones a lo largo de su historia, aunque el presente no es el mejor, porque no es ajena a los avatares de la economía y de la realidad por la que atraviesan muchos taficeños.
“Muchos padres dejaron de enviar a sus chicos porque no están pasando por una buena situación económica. Nosotros hacemos lo posible para evitar que eso ocurra, pero no siempre tenemos éxito para ayudarlos para la confección de los trajes, o la compra de los elementos necesarios”, sostiene Elvio.
El presidente del ballet destaca que “los integrantes de nuestro ballet son todos de familias de escasos recursos, quienes hacen un gran esfuerzo para enviar a sus chicos. Es por ello que le brindamos lo mejor, buscamos transmitirles valores y amistad, porque el flagelo de la droga hace estragos y queremos que se sientan contenidos, estén activos, y sepan que el ballet es su lugar en el mundo. Todos nos ayudamos”. En estos tiempos duros cuentan con la ayuda del intendente Javier Noguera.
Cada profesor se siente orgulloso de sus alumnos, y así lo expresa Miguel Torres, quien anticipa que “mis chicos en un futuro no muy lejano darán qué hablar. Los mayores no deben confiarse”. En tanto que Luis Robledo retruca: “mis mayores son inigualables”. Todo este diálogo se da entre risas y en un clima de camaradería.