Se consumó la tragedia para el Barcelona. Se esfumó la cómoda renta que había amasado durante buena parte del campeonato y ahora tiene los mismos puntos que el Atlético de Madrid mientras que el Madrid se queda a uno. Sigue líder pero si quiere levantar el título no puede ceder ni un punto más en los cinco partidos de aquí al final.
No mereció perder el equipo de Luis Enrique pero la grandeza del fútbol invitan a estas cosas. Salió bien el Barcelona al campo. Fue un ejercicio de fortaleza mental para borrar el fiasco de la Champions League ante el Atlético.
Lo interpretó bien hasta el punto de encadenar tres ocasiones muy claras, a las que respondió Diego Alves de manera extraordinaria. Sobre el rostro de Messi, Luis Suárez y Neymar quedaba reflejada la desesperación. Falló una tras otra ocasión y en el primer tiro a puerta del Valencia llegó el mazazo con un autogol de Rakitic.
Gol. Si algo malo podía suceder ahí estaba. Intentó reponerse el Barcelona pero se desordenó. En medio de ese caos llegó el segundo del Valencia en un rondo de 18 pases que culminó Sani Mina en la última jugada de la primera parte. Un 0-2 que a la postre resultó insalvable porque el Barcelona no modificó sus hábitos de fallar ante la meta rival, aunque en esta ocasión se encontraron con un Diego Alves espectacular. Messi recortó la desventaja pero fue insuficiente para evitar la tercera derrota consecutiva (Real Madrid, Real Sociedad y Valencia).