El “cacerolazo” que fue convocado por el legislador Eudoro Aráoz en contra del Gobierno provincial para el viernes de la semana pasada, en medio de la efervescencia de los cruces políticos por las inundaciones, fue un verdadero fracaso.

Montado en la ola triunfalista de la movilización del 1A, que fuera motivada en la defensa de la democracia e interpretada erróneamente como un apoyo a la gestión del presidente Mauricio Macri, el legislador provincial Eudoro Aráoz, quiso aprovechar la desgracia de los inundados para convocar, vía redes sociales, a un “cacerolazo” en contra del Gobierno provincial.
Sin embargo, el delirio de una convocatoria popular en el principal paseo de la provincia, la plaza Independencia, chocó con la cruda realidad. Nadie concurrió a tocar la estruendosa melodía de las cacerolas, ni siquiera el propio parlamentario provincial.
Aráoz, quien tuvo el privilegio de jubilarse a los 41 años, pensó que la suerte lo seguiría acompañando y que la cononaría con una masiva movilización frente a la Casa de Gobierno. Sin embargo, el único sonido de las cacerolas que escuchó seguramente fue el propio en su residencia, desencantado por la falta de efecto de su maniobra política.
Aparentemente, el efecto contrario de su convocatoria se debió a que muchos tucumanos estaban hartos de las “chicanas” políticas en torno a la desgracia de los inundados del sur de la provincia. Además, una gran parte de la población provincial estaba abocada a las acciones solidarias, no sólo en lo que hace a la donación de mercadería y elementos necesarios para los damnificados, sino también en la colaboración para la atención de aquellas personas que sufrieron las consecuencias del intenso fenómeno climático que azotó, no sólo nuestra provincia sino diversos puntos del país.

Buscando “chivos expiatorios”
La intención del legislador integrante del Bloque de la Unión Cívica Radical (UCR), era responsabilizar a la actual gestión por las inundaciones. Sin embargo, el hartazgo de los tucumanos por la actitud asumida sin tener en cuenta lo esencial, que era asistir a los afectados del sur provincial, motivó que esta convocatoria realizada por las redes sociales sea un verdadero fracaso. Algunos afirman que Aráoz no tuvo ni siquiera la intención de contratar una murga. Se trata de conocedores y testigos de la tacañería del parlamentario, quien recientemente se quejó airadamente del precio de un sandwich de miga en un conocido bar de Barrio Norte. En esta ocasión, y pagando el error de haber pensado políticamente, Eudoro Aráoz se quedó más solo que Pinochet en el Día del Amigo.

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