A pesar de la medida de la entidad crediticia nacional, los bonos y las acciones siguen en rojo.
Este jueves el Central no vendió dólares. Está operando futuros y se vieron incursiones de bancos oficiales, pero el volumen bajo muestra que hay poca demanda. Y en el mercado la adjudican a que los bancos no pueden desarmar sus posiciones en Letes, Lecaps y demás títulos que fueron reperfilados.
El organismo que comanda Guido Sandleris también subió la tasa de referencia: en la primera licitación de Leliq del día, el promedio fue de 75,45%, con máximos de 79,90%. El jueves había cerrado a 74,98%.
En el mercado mayorista, que es en el que operan bancos y empresas y al que “copia” después el minorista, la divisa también comenzó con una fuerte alza para luego desinflarse un poco y finalmente caer: baja 62 centavos a $ 57,39.
Los bonos con vencimiento en 2021 caen 3,5% centavos a 50 centavos por dólar, lo que eleva los rendimientos hasta casi 58%. El bono centenario cotizaba en sus mínimos, en US$ 41,30. La baja de los bonos hunde el riesgo país a 2.283 puntos básicos, frente a los 2.112 del miércoles. Es el valor más alto desde la reestructuración de la deuda en 2005.
Las acciones muestran fuertes caídas (que ya habían sido anticipadas por su cotización en el premarket): hay retrocesos de hasta 9 % (Supervielle) en Wall Street. Los más golpeados son los bancos.
En Buenos Aires, el S&P Merval cae 5%. Bancos y energéticas exhiben los peores desempeños.
Es probable que los bonos argentinos sigan bajo presión inicialmente hasta que exista “mayor claridad” sobre las políticas futuras debido al aún pesado posicionamiento, según escribieron analistas de Morgan Stanley.
“La decisión aparentemente unilateral de cambiar el perfil de la deuda en ausencia de un plan económico más amplio parece una estrategia poco sistemática y no convincente para la capacidad de pago de la deuda”, escribió Siobhan Morden, director de estrategia de renta fija para América Latina de Amherst Pierpont Securities, según la agencia Bloomberg.
La probabilidad implícita de impago a cinco años se sitúa en el 92%, según el precio de los credit default swaps de CMA. El mismo indicador para contratos de 1 año ha aumentado al 50%.
“Es casi como si la administración Macri estuviera obligando al equipo de Alberto Fernández a comprometerse previamente con un plan económico impopular antes de las elecciones y compartir la responsabilidad de la crisis económica actual”, escribió Morden. “Sin embargo, el comportamiento responsable no es típico de los políticos durante un ciclo electoral”.