Hubo dos escenarios para los festejos. Y, ante algunas críticas, Michetti defendió las obras que Nación hace en esa provincia. El arzobispo había llamado a la reconciliación.
“Nosotros estamos haciendo obras en Tucumán, que hace mucho que la provincia no lo hizo a pesar de que es su territorio. No acepto que se diga que estamos haciendo diferencias porque no es verdad. Me llama la atención porque el gobernador (Juan Manzur) nos agradeció mucho las obras que la Nación hace acá”. De esta manera respondió la vicepresidente de la Nación, Gabriela Michetti, a la consulta de que la Casa Rosada hace diferencia con las provincias que son de otro signo político.
Mientras, unos pasos atrás, Manzur se mantenía en silencio y su respuesta posterior evitó polemizar: “Estamos festejando el cumpleaños de la patria. Queremos que al Gobierno nacional le vaya bien por el bien de todos, pero si tengo que criticar algunas cosas lo hago”.
Michetti vino a Tucumán en la noche del sábado para participar de los actos por un nuevo aniversario de la Independencia argentina. La vicepresidente vino en representación del presidente Mauricio Macri, que viajó a Alemania para la reunión del G20.
Desde que el ex presidente Carlos Menem dispuso que la provincia sea capital del país en los actos por la Independencia a principios de los 90, esta es la sexta ausencia de un presidente. Menem lo hizo en 1995, 1996, 1997 y 1999; Cristina Kirchner, en 2014; Macri, en 2017. En esta ocasión el mandatario envió un saludo por intermedio de Michetti.
Tras el izamiento de la bandera en plaza Independencia, los funcionarios nacionales y provinciales se dirigieron a la catedral tucumana para el tradicional Tedeum. El oficio religioso estuvo a cargo del arzobispo local, Alfredo Zecca, a quien le fue aceptada su renuncia por el Papa y dejará el cargo en el corto tiempo.
En sus palabras, el religioso criticó que “la educación en la Argentina está, cuando menos en ‘emergencia’, por no decir ‘tragedia” y fue más allá al señalar: “Sin educación no hay futuro”. También hizo un llamado a la reconciliación: “La Iglesia no cesará jamás de exhortar a los argentinos al diálogo, a la reconciliación que todavía nos debemos, al cultivo de una cultura del encuentro”.
Quizás estas palabras no cuajaron entre los políticos ya que a los largo de las dos jornadas se notaron las diferencias. Se instalaron dos escenarios gigantes en plaza Independencia. Uno en Casa de Gobierno, que fue utilizado por el gobierno provincial en la madrugada del 9, donde hubo actuaciones de reconocidos grupos musicales; mientras que en la esquina noreste del paseo había otro escenario que fue utilizado por la intendencia capitalina, en manos de Cambiemos, para llevar adelante su espectáculo en la tarde del mismo 9.
Tras el Tedeum, todos se dirigieron a Casa Histórica, donde ambas comitivas rindieron honores a los próceres de 1816, colocando una ofrenda floral y firmando el libro de invitados. Luego, Michetti brindó una conferencia de prensa en el patio del solar histórico, vino el brindis y, a las 14, se realizó el desfile cívico militar en la zona del parque 9 de Julio.
El marco de campaña también quedó claro en los insultos de un grupo reducido de militantes kirchneristas que parecen no haberse alienado con la línea menos confrontativa que bajó Cristina. Le dijeron de todo a Michetti, mientras se ilusionaban con que “vamos a volver”.
Fuente: Clarín