De novela, el aumento del boleto del transporte público de pasajeros se puede convertir en una secuela de terror. Las voces de los concejales anticipan el incremento, aunque no en la medida en que lo exigen los empresarios del sector.

El incremento del boleto es casi una realidad y los parlamentarios capitalinos dieron su punto de vista, casi todos justificando la polémica medida y sólo 3 en total desacuerdo con otro golpe a la economía familiar en un momento tan sensible.

El concejal José Francisco “Lucho” Argañaraz supeditó el aumento del boleto en la Capital a la renovación de la flota de colectivos. Luego de que los empresarios tildaran de insuficiente el potencial incremento de la tarifa a $9 en lugar de los $13 que solicitaron, ediles del Acuerdo para el Bicentenario (afín al intendente Germán Alfaro) y de la oposición arremetieron contra los transportistas.

En noviembre, los propietarios de las líneas de colectivos, nucleados en la Asociación de Empresarios de Transporte Automotor de Tucumán (AETAT), habían pedido llevar el boleto de $ 6,95 a $ 13,05 (una suba del 83%). Concejales cercanos a la intendencia habían asegurado, por lo bajo, que se llevaría el precio a un valor entre $8.95 y $9.50.

Argañaraz, vicepresidente de la comisión de Tránsito y Transporte del Concejo, postergó la definición respecto al ajuste en el transporte: “entendemos que los $13 pesos son excesivos. Lo que pedimos nosotros es que el empresariado mejore el servicio”. El radical, que integra el interbloque ApB en el cuerpo, relató que en enero acordaron con AETAT la última suba con el compromiso de que se renueven al menos 50 unidades (por ordenanza deben tener aire acondicionado). “Ahora nosotros les pedimos que cumplan. El presidente de Aetat salió enojado por la tarifa que se está negociando, pero es una locura llevar a $13 el servicio. Que muestren las unidades”, desafió el concejal.

El edil Agustín Romano Norri también salió al cruce de los empresarios. “Son campeones en exigir pero dejan mucho que desear. Es un servicio público, pero hay ómnibus en mal estado y sucios; tampoco se respeta la frecuencia, no hay puntualidad en el recorrido de los colectivos. Y aún queda pendiente el compromiso de renovación de las unidades por parte del sector y la instalación de rampas para discapacitados”, opinó el radical. Romano Norri, presidente del interbloque ApB, explicó que si bien en el cuerpo aguardan la llegada de un informe encargado a la Municipalidad, se mantiene el acuerdo en el cuerpo para otorgar una suba que no supere $ 9,50. “Hay consenso para otorgar una actualización a causa de la inflación. Pero nunca llegaría a los $ 13 como pide (el presidente de Aetat, Daniel) Orell”, arremetió.

Fuera de las opiniones en contra de las pretensiones de los empresarios de transporte tucumano, casi ninguno se proclamó en total desacuerdo con el aumento. Solo lo hicieron el peronista Javier Aybar y los ediles de Fuerza Republicana (FR), Ricardo Bussi y Eduardo Verón Guerra.

 

Calificaron a la posible suba de “locura” y “antipopular”

 

Ricardo Bussi y Eduardo Verón Guerra, rechazaron el ajuste y prometieron llevar 20.000 firmas contra el aumento a la próxima sesión (aseguraron que ya suman más de 15.000). “Este es un nuevo atropello contra el bolsillo de los trabajadores tucumanos, que ya sufren una insoportable presión con los impuestos del gobierno nacional y del gobierno provincial. Somos el único partido que está en contra de la suba del boleto”, remarcaron.

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“Aquí los oficialismo de la Municipalidad y del gobierno provincial se tienen que hacer cargo de que las políticas de transporte sean cualquier cosa desde hace 12 años. El ex intendente (Domingo) Amaya hizo gala de su cobardía durante toda su gestión y cada vez que había que promulgar un aumento del boleto huía a Buenos Aires para que el concejal que quedará como intendente interino se hiciera cargo del costo político. Alfaro se debe acordar, porque era el secretario de Gobierno de ese tibio. Y los alperovichistas alentaban esos tarifazos porque se garantizaban con ello transporte público para movilizar gente a los actos que organizaban para los Kirchner en estadios de fútbol o en hipódromos. Así que a la fiestita de los K la pagábamos todos en la década ganada”.

En diálogo con Diario Cuarto Poder, Ricardo Bussi aseguró: “Estoy en contra absolutamente, me parece una locura y una medida antipopular. El servicio que brindan a los tucumanos es pésimo y no se puede admitir semejante disparate”.

El edil también se refirió al estado de las unidades “Se viaja muy mal, no se respetan las frecuencias. Todo eso sin tener en cuenta que ninguna unidad cuenta con rampas de acceso para discapacitados como lo exige la ley. En Salta el boleto es de $4,25 y el servicio es mejor que el que se les brinda a todos los tucumanos día a día. Estamos cansados de las promesas incumplidas por parte del empresariado”.

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“El estudio de costos que utiliza la Comisión de Transporte esta todo dibujado, es el mismo que vienen presentando hace 10 años. No tiene ninguna validez”.

“El intendente Alfaro cuenta con cientos de millones de uso discrecional, de los cuales se niega a dar cuentas, si el quiere ayudar  a los empresarios que utilice parte de ese dinero y que no salga de los bolsillos de los trabajadores”.

La iniciativa tiene dictamen de comisión y podría ser aprobada el 15 de diciembre, Lo que representaría otro golpe al bolsillo ciudadano.

 

Aumento de taxis

 

Consultado por el aumento de los taxis el Concejal Bussi se refirió de esta manera: “Todas las encuestas que hemos realizados tienen los mismos puntos en común en referencia a los puntos negativos del servicio. Las unidades están sucias, sólo el 5% cuenta con aire acondicionado, los malos modales de los chóferes y las unidades totalmente desactualizados y vetustas son las principales quejas de los usuarios”.

“La ordenanza debe ser cumplida y no hay excusas para no hacerlo. Se deben cumplir con la ley de transito 24.449 (contemplada en el SUTRAPPA) por la cual los  vehículos de alquiler deben contar con las normas mínimas de seguridad como ser el cinturón de seguridad y apoya cabezas en las cuatro plazas. Es responsabilidad del municipio su cumplimiento, no cómo un mero formalismo, sino para resguardar la seguridad la población”.

“En el municipio parece nadie estuviera a cargo, no hay ninguna figura de autoridad y el ambiente político esta sumamente anarquizado” sentencio el Concejal Bussi.

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