Hay momentos que marcan un antes y un después en la historia del fútbol mundial. Triunfos, derrotas, debuts y retiros que quedan en la retina de los fanáticos del deporte para siempre. Partidos únicos en donde lo que menos importa es el resultado, sino el contexto.
Eso ocurrió el 7 de mayo de 2006, cuando el Real Madrid de Zinedine Zidane se enfrentaba al Villarreal de Juan Román Riquelme en un Santiago Bernabéu colmado de espectadores y pancartas que hacían alusión al mediocampista de la Casa Blanca, que disputaba su último duelo con la camiseta del Merengue.
“Gracias Zizou“, “Eres el mejor y siempre lo serás” y “Árbitro no pites el final…”, se podía leer en las banderas que colgaban desde las gradas. Era su partido. Su despedida, la que esperaba terminar de la mejor manera. Sin embargo, allí estuvo Riquelme para “arruinarla”.
“Fue un partidazo. Estaba todo armado para que fuera una fiesta. Yo nunca había vivido un partido así. Se retiraba una leyenda del fútbol como Zidane, y eran todos homenajes para él en un Bernabéu lleno”, recuerda Mariano Barbosa, quien ocupó el arco del Submarino Amarillo en ese encuentro.
Un empate 3-3 fue el resultado que dejó el marcador, con un tanto de Zizou entre ellos. “Nos fuimos al segundo tiempo por encima nosotros (2-1), nos empataron con el gol de Zidane, cerca del final nos terminamos poniendo por delante y después nos empataron de nuevo”, comenta el ex arquero del Sevilla y River Plate, entre otros.
Para muchos, aquella igualdad había quedado en segundo plano, ya que lo importante era la despedida del francés. Sin embargo, y a pesar de lo emotivo que resultó ser ese día, para Zidane las cosas no habían salido bien: “Acá lo único cierto es que Riquelme es un jugador mágico que con su calidad arruinó mi despedida. Ese día nos volvió locos a todos”, recordó años después en una entrevista con L’Equipe.
“Román la venía rompiendo. Ese partido fue espectacular. Fue un partido muy bueno de todos, y Román era el que se destacaba, con Forlán adelante”, reconoce el arquero, de 34 años. En ese 3-3, el uruguayo había convertido los últimos dos goles.
La calidad que tenía el ex jugador de Boca Juniors fue tal que enamoró a Zidane, quien, luego de ser sustituido a los 88 minutos para recibir la ovación del público, esperó al final para intercambiar camisetas directamente con él.
Años más tarde, el propio Riquelme recordaba ese momento: “Me pidió si le podía cambiar la camiseta, porque no la tenía. Fue un momento muy lindo, todavía Agustín (su hijo) la tiene”.“Es un honor haberme retirado con su camiseta en mis manos”, decía Zizou, por su parte.
Una vez concluido el encuentro, el galo volvió a la cancha para recibir una cálida despedida de todos los presentes: “Nos acercamos, y tuve el lujo de poder saludarlo y estar en ese partido, que fue espectacular. Yo tengo la camiseta de Iker Casillas, que tiene en el escudo la fecha del partido, el año y el nombre de Zidane, un recuerdo muy lindo que tengo en casa”, relata Barbosa, quien continúa ligado al Villarreal, hasta 2020.
La admiración de Zinedine Zidane hacia Juan Román Riquelme continuó durante años, a tal punto que, tras anunciar su retiro el 25 de enero de 2015 (después de jugar en Argentinos Juniors), el francés le dedicó un posteo en Instagram: “En mi último partido con el Madrid, intercambié camisetas con Riquelme. ¡Un gran número 10!”.
Se cumplieron 13 años de la despedida del legendario mediocampista merengue del Real Madrid, que finalmente puso punto final a su carrera tras alcanzar la final del Mundial de aquel año (2006), en el que se despidió del fútbol con un cabezazo al pecho de Marco Materazzi que le costó la tarjeta roja en el último partido del torneo en el que Italia se terminó imponiendo a Francia por penales, consagrándose campeón del mundo.