A pesar de los dichos de Patricia Bullrich, Luis Petri y Maximiliano Pullaro, los oficiales de las Fuerzas Armadas no desembarcarán en el territorio.
El piso 12 del edificio Libertador fue escenario de 12 frenéticas horas en las que las máximas autoridades militares del país intercambiaron ideas -primero- y se trabaron en duras discusiones -después- acerca de la intención de los ministros de Defensa, Luis Petri, y de Seguridad, Patricia Bullrich, de enviar efectivos militares a las zonas calientes de Rosario.
Durante la jornada – que finalizó con la presencia de los cuatro jefes de estado mayor de las fuerzas y del Estado Mayor Conjunto- los uniformados expusieron con crudeza que las reglas de empeñamiento que proponían Petri y Bullrich no eran aceptables ni para el personal subordinado ni para las jefaturas.
“No se despliega un efectivo militar si no va con su armamento reglamentario y sin la expresa autorización de poder usarlo en caso de tener que repeler una agresión provenga de quién provenga”, comentaron fuentes que presenciaron el cónclave.
Oficiales de los distintos estados mayores comenzaron a delinear las llamadas “Reglas de empeñamiento”, que no son ni más ni menos que las “reglas de juego” con las que la tropa destinada al operativo Rosario se debería manejar. Se trabajó en la creación de “Comandos en el territorio”, a razón de uno por fuerza involucrada, designación de comandantes territoriales, conformación de estados mayores en operaciones y otras medidas de neto corte militar.
“Primó la cordura y uno de los máximos jefes militares presentes bajó a los generales más ‘combativos’ a tierra al sostener vehementemente que no estaban yendo a una guerra sino a una simple operación de apoyo”, sostuvieron desde el Edificio Libertador Gral. San Martín.
“Si nos preparamos para ir a la guerra estamos atentando contra nuestra propia doctrina”, agregó un uniformado. En este sentido -siempre según las fuentes- el Comandante Operacional Conjunto, General de Brigada Jorge Berredo, y el Comandante Conjunto Antártico, General de Brigada Edgar Calandil, se destacaron por ser los que con mayor énfasis apoyaban la idea de lanzar a la fuerza militar a operar en el terreno a la brevedad. Estos generales integran el lote de 5 oficiales superiores del Ejército Argentino que permanecen en actividad, a pesar de ser más antiguos que el propio jefe de la fuerza, General de Brigada Carlos Presti.
Toda presencia militar terrestre o naval por ahora quedará suspendida hasta que se cuente con una herramienta legal que satisfaga la cobertura que los efectivos militares necesitan para desplazarse en el terreno con seguridad jurídica en caso de ser partícipes de un eventual enfrentamiento.
fuente: infobae