La Encuesta de Indicadores Laborales del Ministerio de Trabajo volvió a detectar disminución de los puestos en relación de dependencia. Las expectativas se mantienen negativas hasta octubre.
Por 18 meses consecutivos en la comparación con el período inmediato anterior y 21 meses en la comparación interanual, la Encuesta de Indicadores Laborales del Ministerio de Trabajo a las empresas sobre la situación de la nómina de personal asalariado volvió a arrojar caída, aunque de menor intensidad que en los meses previos.
Reducción de trabajadores
El dato duro dio cuenta de la reducción en unos 3.470 puestos en julio, que se sumaron a 5.873 caídos en junio, 46.306 en mayo, 159.584 en abril y 35.416 en marzo, cuando empezaron las medidas de Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio y veda del uso del transporte público de pasajeros desde el inicio del otoño para las personas que no se desempeñan en actividades decretadas esenciales, según consigna la página de Internet de la cartera laboral hasta junio y el agregado del anticipo de la estimación oficial de julio.
Situación crítica en privados
De ahí surge que, desde el inicio de la cuarentena, sólo en el sector privado asalariado y pese a la prohibición de los despidos, se dieron de baja 250.650 puestos, o al menos no fueron ingresados sus aportes y contribuciones al SIPA (Sistema Integrado Previsional Argentino), mientras que Trabajo, luego de “ajustes por estacionalidad”, estimó la caída en 168.000 posiciones.
Sector informal también
Los analistas del mercado laboral, como del Observatorio de la Deuda Social de la UCA, estimaron a su vez que la baja de puestos laborales en el sector informal, como en el de los trabajadores en casas particulares, no solo para limpieza, sino también de servicios de mantenimiento de jardines, piletas, y cuidados exteriores de las casas, fue sustantivamente mayor a medida que se extendió la cuarentena, pese a las crecientes necesidades de efectivo.
Más desvinculaciones que incorporaciones
Las expectativas empresarias para los próximos tres meses (agosto-octubre) de la EIL brindan, según Trabajo “una señal adicional respecto a la posibilidad de ingresar a esta nueva fase de estabilidad”, pese a que la diferencia entre la proporción de quienes presupuestan aumentar sus dotaciones y aquellas que esperan disminuirlas, continúan siendo negativas, 3,1% de los casos, resultan de menor intensidad que en los meses previos.
fuente: infobae