Por Manuel Rivas* Director Diario Cuarto Poder | Un verdadero éxito. Constituyó el 2° Vernissage virtual 2020 realizado por el Espacio de Epicuro en la noche del sábado pasado. La velada representó un banquete literario para el deleite de quienes se conectaron.
Como sentirse en casa
El inicio del 2° Vernissage 2020, en modalidad virtual, del Espacio de Epicuro, estuvo a cargo de Gustavo Díaz Arias, en cuya casa se realizaban tradicionalmente los encuentros presenciales, y de Verónica González.
En primer lugar, agradecieron a los creadores de este espacio y taller literario, la profesora Noelia Mónaco y el licenciado Miguel Ángel Figueroa, a quienes dieron paso y que, a su vez agradecieron el compromiso de quienes comparten su arte.
Figueroa destacó los difíciles momentos en que nos enfrentamos a un enemigo invisible con la vocación de derrotarlo, como sostienen los escritores, como el poeta Pablo Espeche, en la antología “Voces de Cuarentena”, dirigida por Perla Jaimovich.
Luego agradecieron la participación de Miguel Aguirre (Santa María-Catamarca); Víctor Redondo (Buenos Aires); Ana María Mopty; Rogelio Ramos Signes y Vicky Chincarini, representantes de nuestra provincia.
El placer más allá de la virtualidad
Los presentadores resaltaron las dificultades que presenta la virtualidad, que rompe con las costumbres de la presencialidad, pero destacaron que del mismo modo se enriquecen los encuentros con textos diversos de los que se puede disfrutar.
También recordaron que el taller había comenzado con la característica de ser de lectura, pero que al notar que los participantes tenían talento para escribir fue cambiando y generando textos, muchos de los cuales fueron premiados.
En ese encuentro con personas talentosas, destacaron justamente a Verónica González y Gustavo Díaz Arias, a quienes les tocó iniciar la lectura en una noche en donde las pantallas de las computadoras ya iluminaban rostros anhelantes.
Ese clima de fraternidad literaria, de lazos invisibles que unen las almas, ya había madurado el inicio de la lectura, aquello que todos, protagonistas y espectadores, estábamos esperando pero que queríamos disfrutar con lentitud.
Una voz fuerte de mujer sobre la injusticia
La poesía suele llevar en sí la esencia de la rebelión contra lo injusto. Así lo demostró Verónica González, quien previo a su lectura, recordó que en lo que va de la pandemia se produjeron más de 130 femicidios, a los que relacionó con su poema “Mr. Hyde”.
El poema se deslizó por las sensaciones que genera el opresor sobre la víctima, transformándose en verdaderos monstruos seductores y provocando una muerte de angustia en la que el hombre se cree con derecho a un título de posesión.
Luego leyó el poema “El arte de perder”, en donde el sabor de la soledad se manifiesta en lo que la voz poética refleja como los deseos que se evaporan, el desamor de la no correspondencia y el insomnio que esto provoca.
González cerró con el poema “Cuidados”, en donde resalta a una orgullosa madre nutricia y protectora, que va transformándose en la contención de su hijo, mientras que afuera el mundo parece ser adverso. Apela a una emotividad que identifica a muchos.
Apelando al riesgo de lo nuevo y bello
A su turno, Gustavo Díaz Arias sostuvo que se arriesgaba con nuevas producciones para no caer en la tentación de repetirse con textos que tienen el éxito asegurado. Destacó que hace una clínica con Inés Cortón, lo que le permitió concluir cuatro libros.
Inició con la lectura del poema “Peter” del libro inédito “El minuto después”, dedicado a una persona muy especial que dejó este plano en 1997. Una tremenda fuerza emotiva que mantiene vivo el recuerdo claro de esa persona ausente.
También fruto del Taller Repentista, coordinado por la escritora Inés Cortón, pasó al libro de micro cuentos “El gato Iker”, del cual leyó “Marucha, la del barrio”, un fresco relato sobre la ausencia y reaparición del gato Iker con un pequeño hijo.
La atmósfera alcanzada en las historias de ese singular compañero, prosigue con “Iker y yo”, en donde el autor alude a los tiempos de la calma que viene con los años, de los reclamos y complicidades, de la intimidad de ese transcurrir calmado de la vida.
La versatilidad de Díaz Arias, queda patentizada en la lectura del micro cuento “Anfisbena”, del libro inédito “De dragones y otras historias”, sobre mitologías griegas y romanas. Exquisito relato impregnado de esa magia mitológica que siempre atrapa.
De Santa María para el mundo
El escritor santamariano Miguel Aguirre participó con un video, cuyo mural de fondo fue realizado por el artista Rafael Barrionuevo. Leyó varios poemas, entre ellos “Como si solo te saliera”, en donde profundiza los vaivenes del amor.
En “Asciende el hombre”, aborda las sensaciones de la espera, las contradicciones del amor, con excelentes y logrados juegos de palabras, que desembocan en el hecho de que esa persona no viniera para desnudar la ausencia.
En el poema “Qué sería”, el poeta también genera una serie de dualidades antagónicas que le dan sentido y existencia a cada una de ellas, como en un invisible lazo. En un pasaje dice: “qué sería de la diez, sin caños y sombreros”.
Mientras que en “Desopilante chalona” la voz poética insta a su destinataria a enamorarse de su sueño y soñar con ese amor. Aguirre logra en sus versos aquello a lo que está llamada la poesía, el sentir que ya no le pertenece, que es de los demás.
En esa sentencia del sufrimiento, del ser que sufre por amor, se enmarca “Te robaría un beso”, en donde se escucha “claudico al derecho de pensarte” o “desteto mi boca de tus senos”, junto al último vaso sobre el que jura por ella antes de aullar a la luna.
Poesía para comprender el mundo
Víctor Redondo inició su participación con un saludo a Rogelio Ramos Signes, a quien calificó de maestro y también recordó el fallecimiento del doctor Jesús Amenábar, víctima de la pandemia de Covid-19.
Dio inicio con el poema “Casa sola”, en donde describió con acertadas imágenes y personificaciones, un amanecer en una casa de Chacras de Coria, en la provincia de Mendoza. Belleza y versatilidad de recursos.
En “Opera Prima”, un poema con dedicatoria a dos mujeres, transita por la conversación de ellas, sobre la simulación de otra existencia, el sentido de la vida y lo que generan en el entorno que las observa y en el secreto interior de cada una.
En “Requiem” la voz poética alude a la imposibilidad de romper los abismos del amor perdido, aunque persiste el deseo de hablar como si estuvieran a tiempo de volver a esos tiempos de la sustancia única del amor.
En el poema “Razón” abarca una variedad de imágenes sensoriales que van creciendo en la profundidad infinita de la existencia, para finalizar levantando el agua humilde y el pan celeste, como única manera de comprender el mundo.
En “Quijada” aborda la complejidad de las palabras y aquellas que no podrían ser poéticas, en un supuesto diálogo con un periodista en donde el autor desnuda en la voz inconsciente su modo de entender el proceso creativo de la palabra.
En “Doble llama” se desnudan los tiempos de la pasión lejana, del amor oculto, de las llamas encendidas que ya apagadas generan las preguntas que buscan “una respuesta que no sabríamos vivir”. Una participación brillante y redonda.
Un poema y los brillantes micro relatos
Sin dudas Ana María Mopty es una de las precursoras de los micro relatos en la provincia, pero ella prefirió abrir su participación con el poema “Las manos”, en donde desplegó ese lenguaje sin palabras de los amantes, expresados justamente en el contacto.
Los micro relatos se iniciaron con “La rueda inevitable”, en donde despertar a la media noche para llorar la ausencia de nidos en el inmenso cuerpo de ramas vacías puede ser una situación que muchas personas pueden vivir como algo inevitable.
En “Igualdad” se construye una metáfora igualadora de la condición humana, desde la simple tarea de lavar la ropa, en donde las prendas, más allá de su condición, calidad y origen, terminan colgadas con la cabeza hacia abajo.
En “Nocturna” se reflejan las distintas actitudes de una pareja, en donde él pretende imponerse y ella se adapta, pero en donde al final se impone la voz de la almohada como una sentencia de lo real.
Mientras que en “Previsible”, lo que parece el exceso de pertenencia que un hombre ejerce sobre una mujer, con enojos y decepciones incluidas, nos lleva al imprevisible desenlace que lo muestra apagando una notebook.
Para finalizar, la autora compartió “Solidarias”, en donde refleja las acciones de dos vendedoras callejeras de medias, quienes finalmente participan de una marcha para solidarizarse con la gente que no tiene trabajo.
La magia cotidiana en la voz de Ramos Signes
Finalmente se acercó el momento el plato fuerte, cuando Rogelio Ramos Signes fue presentado por los organizadores. El autor advirtió que apelaría a textos nuevos para evitar el éxito probado de otros anteriores en este tipo de encuentros.
Y así lo hizo con “La vuelta”, en donde los personajes tienen sus propias manías criticadas mutuamente pero se aman. La arbitrariedad del almanaque y la despedida abren luego el espacio para el reencuentro en el que no se aman pero las manías se transfirieron.
En “Del injusto castigo”, la voz poética interpela al Señor, con fina ironía, el hecho de tener que pagar los platos rotos por culpas que no tiene ni él ni el resto de los humanos. Original poema con el que la identificación parece ineludible.
Mientras que en “De jardines ajenos”, la mirada vacía de los hombres es criticada ante la imposibilidad de aludir a una mujer especial y única, lo que deriva en el sentencioso final: “se arrepentirán con los años”.
Luego presenta el autor un texto fronterizo entre la poesía narrativa y el micro relato, “Siempre con ellas”, en donde una serie de opciones en las que siempre elige la figura femenina, deriva en la excepción con El Quijote.
Finalmente, se despide con el poema “Cuando la vida no sea vida”, deja un mensaje de profunda filosofía sobre la importancia del silencio como un derecho ante el vacío del ruido y el cacareo que sobreviene con el final de la existencia.
Los pájaros de fuego, la rebeldía y la pandemia
El broche de oro lo puso la poesía de Vicky Chincarini, quien deslumbró con “Viejos días, nuevos días”, en donde aludió a los pájaros en la cabeza que la acercaban a la luna, según su madre, los que dieron paso a los pájaros de fuego y la rebeldía del libre albedrío.
En “Instrumentos y desafíos” realiza una poética defensa de la mujer y su rol, frente a los paradigmas del patriarcado machista que la había convertido en un objeto decorativo sin el derecho a la auto realización.
En “Cuarenta y otros tantos más” aborda las sensaciones de la distancia de la palabra ciudad, el no ver pasar el mundo por la ventana y la importancia de tomar contacto con lo que la rodea a través de sus propios pasos.
Las sensaciones anímicas surgen en “Desamparo” y generan una empatía que se multiplica en “Detrás de la ventana”, en donde la voz poética anticipa el escenario en donde reconocerá sus ausencias de una manera magistral.
El deleite llegó a su fin, pero se puede revivir a través de Youtube, cuando la nostalgia nos gane, o cuando el ansias de disfrutar el placer de la Literatura nos empuje a ese ámbito mágico que se llama Espacio de Epicuro.
*Profesor de Letras e Historia, periodista y escritor