Tanto “Lilita” Carrió como Cristina Kirchner coinciden en la existencia de un círculo negro de espionaje. Los espiados son diversos, hasta el crack rosarino Lionel Messi, según el periodista Carlos Pagni del diario La Nación.

El espionaje utilizado de manera extorsiva por gestiones anteriores, tan criticado por Mauricio Macri en su campaña hacia la Presidencia, sigue más vivo que nunca.
Un análisis profundo y claro de la actual situación, lo realizó el columnista de La Nación, Carlos Pagni, quien lo denominó como un “pestilente círculo negro”.
En su columna, Pagni sostiene: “parece imposible que Elisa Carrió y Cristina Kirchner coincidan en algo. Sin embargo, ambas denunciaron que desde la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) se realizan operaciones clandestinas”.
El periodista señala la existencia de documentos a los que La Nación viene accediendo desde hace más de cuatro meses y que serían de altísima confiabilidad por las personas que los proporcionaron y que corroborarían la existencia de una unidad de inteligencia ilegal en la mencionada repartición. Los objetivos de estas acciones de espionaje serían diversos, desde políticos, ex funcionarios, empresarios y periodistas, hasta dirigentes deportivos y jugadores de fútbol entre los que estaría el propio Lionel Messi.
Otro de los problemas señalados por Pagni se refiere a que varios directores dejaron la AFI a lo largo de un año, lo que genera que se libere información, como en el caso de las escuchas de conversaciones entre Cristina Kirchner y Oscar Parrilli, cuyos registros fueron destruidos según la orden emanada de la jueza María Servini de Cubría.
En ese sentido, el columnista de La Nación sostiene que “esas conversaciones circulan por los medios sin desatar un escándalo institucional. Y algunos custodios de la República, como Juan Manuel Urtubey, las comentan como si fueran declaraciones oficiales de sus competidores del PJ. Cristina Kirchner estudia pedir el juicio político de Ricardo Lorenzetti. Sería otra convergencia con Carrió. La Corte es la responsable de las observaciones judiciales”.

El ardid de las precausas
Uno de los justificativos que se encontraron para la intervención de teléfonos y la realización de escuchas, fue el armado de las precausas.
Pagni indica que “las precausas son ardides para disfrazar prácticas que violan el artículo 13 de la ley de creación de la AFI. Elegido un blanco, los agentes solicitan un permiso judicial para intervenir comunicaciones durante 60 días, con opción a otros 60. Si no se encuentra delito, se destruye lo observado. El juez no va a sorteo. Lo elige el espía”.

Macri: víctima y victimario
Considera además llamativa la indiferencia y falta de control de la comisión legislativa respectiva, a cargo del radical Juan Carlos Marino. En ese sentido, subraya que “la falta de tutela democrática sobre el espionaje, muy antigua, fue llevada por el kirchnerismo a extremos desconocidos”. También señala que “Macri, que fue víctima de ese método, al presentar su gabinete el 2 de diciembre de 2015, prometió que la AFI estaría al servicio de la seguridad nacional, y no como en los últimos años, que se usó para hostigar y espiar a los ciudadanos”.
Curiosamente, esa promesa de campaña no se cumplió, pese a que su asesor y gurú político, Jaime Durán Barba, inventor del círculo rojo, aconsejó desmantelar el círculo negro del espionaje, algo que sigue siendo una materia pendiente para la gestión del ingeniero Macri.

Comments

Comentarios