Letras de Fuego / Comentario / Por Nicasio Rodríguez*. La presentación del trabajo “Para leer con diccionario”, de la escritora Nancy Olivera sobre obras del poeta santiagueño Carlos Artayer fue una combinaciones de emociones encontradas por su ausencia presente.
Una ausencia presente
En la idea primigenia de la realización de la presentación del trabajo “Para leer con diccionario”, de Nancy Olivera, que fue presentado en la última jornada de la Feria del Libro de Jujuy, estaba todo previsto, incluso los protagonistas de la mesa.
Quiso el destino que de los dos previstos, solo estuviera la autora del análisis de una magnífica sucesión de obras poéticas y que, el autor de maravillosa sensibilidad, el profesor Carlos Artayer, estuviera en el espíritu de esas letras vivas de su legado.
Para no realizar la presentación en soledad, la autora santiagueña radicada desde la década del 80 en Libertador San Martín, Jujuy, invitó a su colega tucumano, Manuel Ernesto Rivas, quien tuvo el placer de conocer a Carlos Artayer en Chilecito, La Rioja.
Una misión construida desde la admiración
Manuel Ernesto Rivas inició la presentación señalando la importancia del profesor Carlos Artayer en su labor poética y manifestando la relevancia, no solo de sus obras publicadas sino de aquellas que permanecen inéditas.
Destacó que Nancy Olivera fue su alumna en el secundario y que, a partir de la admiración de su profesor, se introdujo en el mundo de la literatura, y que desde esa actitud de generosidad se dispuso a hacer conocer en Jujuy su legado.
También subrayó la importancia de recordar y sostener ese legado literario, porque cuando los escritores cruzan el umbral de la eternidad, pueden correr el riesgo de ser olvidados. Al respecto, felicitó a Olivera y expresó el deseo de acompañarla en esta misión.
Un poeta completo y distinto
En su charla, Nancy Olivera destacó la capacidad de construcción poética de Carlos Artayer, con la elección y combinación de las palabras adecuadas para expresar aquello que conmueve, que impacta, que nos pregunta interiormente.
Señaló la gran variedad de recursos y formas poéticas que aplicaba, incluso la maestría con la que escribía sonetos, que siempre son de una dificultad mayor para cualquier poeta, y otras formas de versos libres y producciones siempre profundas y logradas.
Sostuvo además que su obra está a la altura de los grandes escritores universales, y que bien podría haber trascendido, en función de ese talento único y especial, si hubiera accedido a ediciones más publicitadas y de gran tirada mundial.
Explicación detallada y admirada
Aquella adolescente de los grandes lentes, a los que su querido profesor aludía cuando afirmaba: “piedra libre para Nancy que está detrás de esos anteojos”, sigue leyendo con admiración esos poemas y analizándolos para la posteridad.
Su explicación, en la presentación realizada en la Sociedad Española de Jujuy, fue completísima y tuvo momentos de gran emoción cuando leyó sonetos del autor junto a su compañero de presentación.
El tucumano enfatizó en aquella misión de mantener viva la obra de Artayer, seguir su camino señalado por estelas de luz y enfatizó que no solo legó a Olivera su admiración sino también su oficio de poeta, al tiempo que leyó un poema de la escritora.
Epitafio
Anoto en mi memoria los versos del atardecer:
cuando las hojas de la vida
me cubran de nada,
la melodía de tu amor
me cubrirá de alegría.
Renaceré con la aurora.
Nancy Olivera
Quedó el compromiso de la autora de profundizar el estudio de las obras que le restan conseguir del mítico autor santiagueño. Seguramente el resultado de ese trabajo se convertirá en un libro.
Los presentes ofrendaron sus aplausos y seguramente el regocijo del alma presente de Carlos Artayer, habrá sido sublime, tanto como para escribir un poema en la eternidad de las estrellas más lejanas.
*Poeta y columnista literario de Diario Cuarto Poder.