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El de Walter Darío “Hombre Lobo” Cardozo no es un nombre nuevo en el oscuro mundo del narco tucumano. Hace años es mencionado en la causa que investiga el uso de instalaciones del Siprosa para acopiar drogas.
Ahora que su casa fue allanada y se hallaron 28 bochitas de cocaína, una balanza de precisiones, envoltorios, tijeras y otros elementos, finalmente irá a prisión, a pesar del último intento que hizo por zafar de la preventiva.
Cuando se acercaba la audiencia en la que iba a ser formalmente acusado, el peligroso sujeto acudió al hospital Centro de Salud, aduciendo padecer una enfermedad cardíaca que ningún médico pudo constatar.
Este resultado convenció al juez Guillermo Taylor de que se trataba de un ardid para evitar la reclusión, y terminó dictándola por el término de 60 días, en un debate demorado por la desesperada movida de Cardozo.
En la audiencia, Daniela Falchi, auxiliar del fiscal José Sanjuan, acusó al ex empleado del Siprosa de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización, delito que prevé una pena de entre 4 y 15 años de prisión.
Ya detenido, su abogada Mirta Mariana Santillán presentó certificados médicos en los que el imputado aparecía como enfermo cardíaco, propenso a sufrir paros respiratorios, por lo que se ordenó la evaluación médica.
Tras la evaluación que descartó la enfermedad alegada, Cardozo se presentó ante el juez como desocupado, hipertenso y consumidor de cocaína. Admitió también que tiene varias causas judiciales en trámite.
Allí se le notificó del pedido de detención y la imposibilidad de que se cumpla en su domicillio, ya que es el lugar en el que se vendía la droga, a lo que su defensora respondió con el pedido de medidas de menor intensidad.
Incluso llegó a ofrecer que se le aplique una caución que, dijo, sería cubierta por un actual empleado del Siprosa, pero nada de eso pudo evitar que “Hombre Lobo” Cardozo termine preso, por lo menos hasta el 28 de febrero.

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