Una de las primeras consideraciones del Gobierno pasadas las elecciones legislativas será cómo encarar la recta final de la negociación para restructurar los USD 43.200 millones que la Argentina aún le debe al FMI de los cerca de USD 45.000 millones que el organismo había desembolsado al país del crédito Stand-by de 57.000 millones aprobado en 2018, durante el gobierno de Mauricio Macri.
En agosto de 2020, luego de culminar la restructuración de USD 65.000 millones de deuda con acreedores privados, se pensaba que el ministro de Economía, Martín Guzmán acordaría hacia fin de año, plazo que luego pasó a marzo/abril 2021 y quedó en un limbo cuando los términos mismos de la negociación fueron impugnados por un grupo de senadores K en una carta dirigida a la directora del FMI, Kristalina Georgieva, exigiéndole un plaza mínimo de pago de 20 años y recriminándole hasta la legalidad del crédito, con letra del representante argentino en el organismo, Sergio Chodos.
Cansados en el FMI
En el FMI están cansados de que el gobierno los use de punching-ball para ajustar cuentas políticas con la oposición y, en particular, de las críticas al monto del crédito. Argentina sigue siendo, con 29,3% de los préstamos pendientes, el principal deudor del Fondo, que actúa en situaciones de crisis, como “prestamista de última instancia”, y por ende es usual que tenga una cartera concentrada. De hecho, precisó una fuente, hoy en día los primeros 5 deudores (amén de Argentina: Egipto, Ucrania, Pakistán y Ecuador) concentran 59% del crédito pendiente y los primeros 10 (allí se suman Colombia, Nigeria, Angola, Sudáfrica y Costa de Marfil) el 72 por ciento, sobre 190 países que integran el organismo.
Créditos y cuotas
Además, notó el funcionario, ajeno a las negociaciones pero cercano a las cuentas del FMI, si se ajusta el monto del crédito a la cuota de cada país, la deuda egipcia no difiere demasiado de la argentina. Egipto es el principal importador mundial de granos e importante cliente de soja, maíz, trigo y lácteos argentinos, al punto que sólo en el primer semestre las ventas locales al Magreb y Egipto rozaron los USD 2.300 millones.
Parecidas observaciones valen para los créditos a Ecuador y, en menor medida, Angola y Costa de Marfil. Cuando el Gobierno objeta el crédito a la Argentina durante la gestión macrista está impugnando la política crediticia del FMI, algo que difícilmente sea bien recibido por los países de mayor peso en el directorio.
Más allá de esas cuestiones, tampoco la negociación parece avanzar. Las primeras reuniones de Guzmán y los técnicos del FMI, encabezados por la norteamericana Julie Kozack y el venezolano Luis Cubeddu, fueron en febrero de 2020, y Kristalina Georgieva, la directora del Fondo, hasta envió, a pedido del gobierno argentino, una “misión presencial” en plena pandemia, cuando todo, incluso la negociación de créditos, como uno concedido a Ecuador, se hacía por Zoom.
Misión presencial
En un viaje posterior, ya en noviembre, Cubeddu dio positivo de Covid (un segundo examen dio negativo) y la misión se llevó de vuelta la carta-reproche de los senadores K dirigida formalmente a Georgieva, pero que los senadores hicieron pública en busca de posicionamiento y aplauso internos.
fuente: infobae