El volante mendocino, Enzo Pérez, muy vinculado con River Plate, volvió a cruzarse con Boca Juniors y vivió un duelo aparte en La Plata.
La visita de Boca a La Plata, por la fecha 12 de la Liga Profesional, no fue un partido más para Enzo Pérez. El mediocampista e ídolo de Estudiantes, muy vinculado con River, volvió a cruzarse con el Xeneize y fue protagonista de varios episodios que le dieron forma a un vibrante empate 1-1.
Segundos antes del silbatazo inicial del árbitro Darío Herrera, el mendocino se acercó al banco visitante, estrechó la mano con Marcos Rojo, su excompañero pincharrata que estaba como suplente, y ambos se fundieron en un cálido abrazo.
Cuarenta minutos después, desvió en el área grande un remate a la carrera de Tiago Palacios, descolocó a Sergio Chiquito Romero y gritó su gol desaforadamente, pero el 1-0 terminó siendo anulado porque estaba en posición adelantada.
El que sí pudo festejar con alma y vida fue el empate 1-1 de Edwuin Cetré, viejo verdugo bostero en la Copa de la Liga. También el 2-1 de Luciano Giménez, previo a ser invalidado por un milimétrico offside de Federico Fernández.
Al ver que Estudiantes se lo había dado vuelta a Boca sobre la chicharra, Pérez comenzó a mecer sus brazos de cara a la popular de UNO, como si estuviese durmiendo a un bebé. Una clara chicana de que al club de La Ribera lo tiene “de hijo”. Y un gesto que no le cayó para nada bien a Luis Advíncula, quien no tardó en írsele al humo.
Una vez finalizado el partido, Enzo volvió a acercarse a Rojo para saludarlo y ambos se retiraron del campo de juego abrazados, más allá de que los hinchas del León no le perdonan que haya decidido defender la camiseta azul y oro. “Es bueno el punto, ojalá hagamos el click”, aseguró el ex-River. Y aseguró que “Boca tiene muchos jugadores de jerarquía”.
FUENTE: TyC Sports