Como la mayoría de los macristas puros, este alto funcionario de la Casa Rosada transmite buenos modos. No suele alzar la voz. Hasta que en un momento de la charla con Clarín, se enoja. Insulta. “Estuvieron 12 años y no hicieron un carajo por los pobres, para cambiarles la realidad en serio…”. Habla del kirchnerismo, claro. Su indignación, sin embargo, no lo hará correr de eje de lo que cree es una compensación justa, según las posibilidades actuales del Gobierno, para los sectores más vulnerables. “No”, contesta seco, serio, ante la consulta de este diario sobre si se ampliará el bono de 1.000 pesos por cada familia que recibe la Asignación Universal por Hijo (AUH). El reclamo de los movimientos sociales era que el plus se contara por chico y no por grupo familiar.
“No, no. Caro ya lo dejó claro el otro día”, agregó el funcionario. Se refería a Carolina Stanley, la ministra de Desarrollo Social de la Nación, que el miércoles se juntó con representantes del Movimiento Evita, Barrios de Pie, CTEP y la Corriente Clasista y Combativa, entre otras agrupaciones, para discutir cómo llegar a un fin de año en paz. El paraguas del encuentro lo puso la Iglesia, que aportó dos disertantes.
Ese cónclave se dio inmediatamente después de otro de escala (salarial) superior: el que llevaron a cabo funcionarios del Gobierno (incluida la propia Stanley), empresarios y gremialistas, y donde se acordó un bono con piso de 2.000 pesos para los asalariados en blanco, como mínimo el doble del que recibirán 2,2 millones de familias que cobran la AUH, más los jubilados que ganan la mínima.
Justamente por esa diferencia y porque los $ 1.000 saben a poco para sus beneficiarios, se había tirado sobre la mesa la posibilidad de sumar algún extra por hijo; se hablaba de $ 100 a $ 250 pesos más. Así, una familia desocupada con tres hijos, en lugar de cobrar sólo $ 1.000, pasaría a llevarse entre $ 1.300 o $ 1.750 según se estipulara el extra. Pero de acuerdo con la visión de una de las cabezas del Gobierno, en principio deberán conformarse con los $ 1.000.
La diferencia no es menor: en las 2,2 millones de familias que reciben la AUH viven casi 4 millones de chicos. El primer pedido de las organizaciones sociales era directamente $ 1.000 por hijo. A favor de la administración macrista habrá que recordar que con la nueva gestión se sumaron 1,2 millón de beneficiarios de asignaciones familiares.
De mantenerse la postura del Gobierno, se descuenta que habrá conflicto en puerta. Las organizaciones sociales ya vienen articulando protestas con las dos CTA y hasta con algunos gremios anti macristas para principios de noviembre. ¿Stanley, que ya dijo en público que no cree en la teoría del derrame, conseguirá alguna otra compensación para calmar los ánimos? Tarea complicada para la ministra preferida del Papa.
Fuente: Clarín