En una semana con escándalo en el Congreso el oficialismo debió apostar al consenso. Incluso en el Senado finalmente desempolvó el régimen de beneficios para la Economía del Conocimiento en paralelo al tratamiento del Convenio de transferencia de competencias policiales para el que no hay chance de acuerdo con Juntos por el Cambio.

En Diputados el Frente de Todos dio varias marchas atrás, una de ellas nada menos que con el proyecto que grava a las grandes fortunas. Con el copyright de Máximo Kirchner y Carlos Heller, el oficialismo tuvo que ceder a cambio de apoyos de fuerzas provinciales frente a la inclaudicable postura de macristas, radicales y diputados de la Coalición Cívica. De todos modos, ese tema recién se tratará en una sesión el 15 de octubre y no esta semana.

El caso Ameri pudrió todo

La sucesión de hechos de confrontación y el asunto Ameri en la última sesión empoderaron a los que prefieren, de uno y otro lado de la grieta, la vía del diálogo. A pesar de que en Juntos por el Cambio hubo debate vía chat en la madrugada del viernes respecto a aceptar o no la renuncia del legislador que protagonizó una escena erótica en vivo, los discursos en el recinto coincidieron con los del oficialismo.

Aún en las voces de los más férreos adversarios, excepto los más radicalizados como Fernando Iglesias (PRO), que reclamó la expulsión. En cambio, se oyó tan firmes como coincidentes a Mario Negri y a Sergio Massa, o a Silvia Lospennato y a Cecilia Moreau. A todos los unió el espanto.

Poco antes de las tres de la madrugada del viernes y antes de definir qué hacer con la renuncia enviada por el salteño, hubo una discusión entre el Frente de Todos, Juntos por el Cambio y Consenso Federal por un artículo agregado a último momento a una ley con amplísimo consenso como la prohibición de ayuda económica a empresas domiciliadas en paraísos fiscales o aquellas con probada evasión fiscal. Estaba para salir casi por unanimidad, pero se partió la votación casi a la mitad.

Malestar por un cambio

Sergio Massa advirtió el malestar que generaba un cambio que Heller, defensor de la iniciativa, manifestó no poder deshacer. El radical Luis Pastori ofreció analizarlo pero con más tiempo. Y entonces Massa, hábil y con un guiño de Máximo Kirchner, solicitó volver a votar a través de un mecanismo parlamentario que exige dos tercios de los votos para dar marcha atrás con una votación. El consenso para reenviar el proyecto a comisión superó el porcentaje requerido y distendió lo que quedaba de sesión.

El problema no era esa iniciativa, que podría haber salido con mayoría simple. Lo que necesitaba el oficialismo era dar una señal clara y ganar la confianza de los aliados que el Frente de Todos necesitaba para la reunión de comisión que tuvo lugar este mismo viernes a las 15. La estrategia funcionó y finalmente se firmó el dictamen para el Aporte Solidario y Extraordinario. El oficialismo perdió un alfil para cuidar una pieza más importante: un proyecto con el que el Gobierno apuesta a recaudar $307.000 millones extra que destinarán a salud, a viviendas, a energía y a las pymes.

El proyecto es estratégico y simbólico. Más allá de la abultada estimación es el único, junto con el estímulo a la donación de plasma, que lleva la firma y la impronta ideológica de Máximo Kirchner. Por eso ayer sábado La Cámpora instruyó a su militancia para defenderlo desde el mediodía en las redes sociales con el hashtag #SiAlAporteExtraordinario.

Hubo dictamen a favor

La indicación fue celebrar el dictamen firmado el viernes por la tarde que tuvo 27 firmas a favor (Frente de Todos, Córdoba Federal, y el Frente de la Concordia de Misiones) mientras que el dictamen de minoría presentado por Juntos por el Cambio sumó 22 voluntades. “Mostremos en las redes que los que estamos a favor de este tributo a los más ricos somos la mayoría”, incentivaron en un mensaje viral desde la agrupación kirchnerista. También hubo flyers en los últimos días señalando a la principal oposición como “Juntos por los ricos”. La grieta, sobrecargada.

Para llegar al dictamen el oficialismo tuvo que ceder algo más en el texto final. Descartó un agregado anunciado a principio de la semana: el cobro del impuesto a no residentes en el país. Desde el lunes y hasta el viernes hubo conversaciones entre el Frente de Todos y el interbloque Federal en las que hasta intervino el próximo Máximo Kirchner.

En simultáneo Heller, que hasta en los momentos más ríspidos apeló al humor, se mostró abierto al diálogo. Y si bien no aceptaron otros reclamos de Juntos por el Cambio que rechaza la ley, ya hace unos días Heller tomó una importante advertencia de Pastori y cambió la fecha de cálculo de los bienes personales declarados para evitar juicios por inconstitucionalidad. En el original era retroactivo al 31 de diciembre del 2019 y ahora figura a partir de la vigencia de la ley. Pagarán quienes tengan bienes por más de $200 millones desde la promulgación, excepto quienes hayan hecho algún movimiento patrimonial durante los últimos 180 días con el objetivo de evadir.

La ley requiere 129 votos a favor

La ley impositiva requiere 129 votos, es decir la mitad más uno del total, no de los presentes, lo que convierte en imprescindibles para el oficialismo a los partidos más chicos. Suma 130 con los cuatro diputados de Córdoba; los tres del Frente Renovador de la Concordia de Misiones, tres de Unidad Federal para el Desarrollo, Luis Contigiani (el único de Juntos por Río Negro) y Alma Sapag, del monobloque del Movimiento Popular Neuquino (MPN).

Las charlas entre Kirchner como jefe del bloque del Frente de Todos y Eduardo “Bali” Bucca del interbloque Federal podrían habilitar algunos votos más. Suben las chances también de que los lavagnistas se sumen, luego de que se quitara a los no residentes del dictamen. En ese sector uno de los que mantuvo conversaciones con Heller fue Jorge Sarghini, que en la sesión se manifestó profundamente angustiado por los cambios de último momento y la falta de consenso.

En un intento de disculpas y justificación Heller explicó por qué solo hablaba con el radical Pastori, pero le agradeció todos sus aportes. Se refería a los planteos de modificaciones del proyecto original y a la quita de los más recientes agregados. Sarghini mismo le dijo a Infobae que varios diputados del interbloque votarán a favor. “Entendemos el criterio de equidad que expresa en medio de la crisis en la que sólo se reparten costos”, consideró sobre el espíritu de la ley. No se descarta sin embargo que entre esos once diputados haya alguna abstención o disidencia porque varios asumen que se trata de “un impuesto controvertido”.

Frente a este escenario, Juntos por el Cambio viró su estrategia en los últimos días. Luego de unificar criterios internamente y elaborar un compendio de fundamentos presentaron una propuesta propia que apunta a ampliar la base impositiva y concentrar los esfuerzos del Estado en la búsqueda de los grandes evasores.

fuente: infobae

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