Tal como anticipó diario CUARTO PODER, el chico contó que entre siete u ocho porque se negó a mostrarles los papeles de la moto. “No les podía mostrar nada si tenían los rostros tapados y no tenían identificación”, señaló.
El domingo a la madrugada, Eduardo Herrera, de 29 años, un estudiante de abogacía al que le quedan dos materias para recibirse, y que trabaja en la administración pública, regresaba a su casa empujando su moto junto a una joven con la que había estado reunido en un bar de avenida Aconquija al 1.400.
“De pronto me aparecieron tres vigías con el rostro cubierto con pasamontañas exigiéndome los papeles de la moto. Me negué a dárselos porque ellos no se querían identificar y como estudiante de Derecho sabía que no estaba obligado a entregárselo”, contó.
Cuando vinieron los policías de verdad, les mostré los papeles que tenía y ellos confirmaron que el rodado estaba en regla”, dijo.
En un momento intentaron por la fuerza subir la moto a una camioneta, a pesar de que ya había mostrado los papeles. Y al tratar de impedirlo comenzaron a pegarle entre varios y hasta dijo que le pusieron una escopeta en la cara.
Fue trasladado hasta la comisaría de Yerba Buena. Allí se encontró con sus familiares, que lo iban a acompañar a denunciar al personal que lo había agredido. Se encontró con el funcionario Argiró, que es su jefe. “Ahí me avisaron que me aprehenderían por atentado y resistencia a la autoridad. No me dejaron que realizara la denuncia. La Policía sólo se llevó por lo que ellos le dijeron”, comentó.
Castro, jefe de la URN, dijo que las actuaciones fueron realizadas por personal del GUM y que en base a ello consultaron a la fiscalía, que dispuso que Herrera fuese aprehendido. “Les dijimos a los familiares que una vez que él se ponga en condiciones, podría hacer la denuncia”, destacó el comisario.
La situación que viví es humillante. Me pararon en la calle personas con uniformes camuflados, con los rostros tapados con sus pasamontañas y sin ningún tipo de identificación. ¿Cómo creen que se les pueda entregar documentos si no se sabe quiénes son ellos? Me lastimaron la cara, las piernas y en el pecho tengo hematomas de los golpes que me propinaron con las cachiporras. Eso quedó asentado cuando me revisó el médico de la Policía”, explicó.
“Lejos quedamos de un Estado de derecho si liberamos y otorgamos poder punitivo a empleados de tránsito. ¿Como pretende el GUM de Yerba Buena ejercer un control vial si ellos mismos circulan encapuchados, en la oscuridad y sin identificación?”, se preguntó Patricio Char, que defendió a Herrera.
El profesional agregó: “esta vez, gracias a la fiscalía, la situación de libertad de Herrera se resolvió de manera justa, pero se manipuló la realidad de los hechos para aprehender a un ciudadano que no quiso someterse al ejercicio clandestino de un control que se quiso hacer con él”.